14 de noviembre de 2010

'Para leer al anochecer': Charles Dickens y los fantasmas

'Para leer al anochecer': Charles Dickens y los fantasmas: "
Portada de Para leer al anochecer
No sé si lo recordaréis, pero este verano ya estuve dando saltitos como una fangirl cualquiera después de leer La señora Lirriper de Charles Dickens y otros autores. Fue tanta la emoción que provocó el libro, que en cuanto lo terminé me puse a leer Para leer al anochecer de Charles Dickens también, una serie de relatos de fantasmas que los estaba leyendo poco a poco y del que ya no me pude separar en toda la tarde. Sí, lo sé, de eso hace ya casi seis meses, pero es que fue terminarlo y no quise volver a abrumaros con mi amor por Dickens, y lo dejé en la estantería pensando ‘Ya hablaré de él’. Y ahí se quedó, claro.
Y no es por que el libro no me gustara, eso ni siquiera hay que planteárselo. Fue por una cosa, por otra, ya sabéis, la vida va pasando, etc etc. Pero no os preocupéis que ya os hablo de él. ‘Para leer al anochecer’ como bien reza su subtítulo es una colección de relatos de fantasmas. Trece relatos, para ser más exactos, algunos de ellos escritos independientes y otros capítulos pertenecientes a otras obras más largas donde los fantasmas hacen su aparición. He vuelto a releer algunos de ellos y os puedo asegurar que no hay ni punto de comparación entre leerlos en un brumoso Noviembre a leerlos en un soleado Junio con los niños gritando en la piscina de fondo.
‘Para leer al anochecer’ nos sumerge en un mundo maravilloso e irreal a dos pasos de una realidad victoriana plácida y benevolente, con ese puntito encantador de humor negro que tanto nos gusta. Sueño y realidad se confunden en unos relatos en los que pequeños niños muertos acosan a viajeros que intentan descansar, hombrecillos extraños premian la correcta conducta con fortuna familiar, donde guardavías viven aterrorizados por un accidente que aún tiene que ocurrir o temibles capitanes asesinos que pueblan los relatos infantiles. Un viaje maravilloso a una Inglaterra mágica y fantasmal, que no podemos dejar de leer sin una sonrisa en los labios porque la combinación entre humor y terror es demasiado maravillosa.
El libro se abre precisamente con el relato ‘Para leer al anochecer’, donde cinco guías comienzan a contar historias escalofriantes al pie de una montaña suiza, mientras la noche cae sobre ellos; El guardavías es probablemente uno de los cuentos que más me ha gustado, donde un guardavías se ve acosado continuamente con las visiones de un terrible accidente que ha de ocurrir; en El juicio por asesinato un hombre asesinado se aparece a los jueces para vengar su muerte y encontrar al culpable; en El fantasma en la habitación de la desposada asistimos a la muerte lenta y agónica de una pobre muchacha sin voluntad.
En Fantasmas de Navidad y Cuatro historias de fantasmas volvemos a encontrarnos con niños melancólicos, muchachas muertas, prometidos ahogados y otros habituales de este tipo de historias. Curioso es, sin embargo, que el primer caso de ‘Cuatro historias de fantasmas’ se verá repetido posteriormnte en La historia del retratista, donde supuestamente, conoceremos la verdadera historia del pintor que hizo un retrato de una muchacha muerta antes de que la conociera. En Pálpitos confirmados asistimos a una burla del espiritismo disfrazada de vivencias reales del autor; para terminar el libro con El niño que soñó con una estrella, un melancólico relato de amor filial y muerte, que si bien no es el mejor relato, funciona perfectamente como cierre a tan escalofriantes historias.
Si habéis leído alguna vez a Dickens podréis imaginaros el tono de las historias, muchas de ellas tremendamente serias, pero teñidas muchas otras de un matiz de burla y humor negro. El estilo es ágil, curioso, donde tazas de té a media tarde se mezclan con fantasmas, donde se comentan las apariciones nocturnas en medio de un desayuno habitual con roastbeef. Es ese tono, a caballo entre lo insultantemente normal y lo maravilloso, con fantasmas que se sientan a la mesa a la hora de cenar, lo que le da ese punto irresistible a este libro. Fantasmas civilizados, respetuosos en la mayoría de los casos, y tremendamente educados. Fantasmas victorianos, al fin y al cabo.
Los fantasmas son invitados habituales en los libros de Dickens. ¿Quién no recuerda, acaso, Cuento de navidad? Pues en este libro constatamos lo cómodo que se sentía el autor en este terreno, dando un buen repaso a una amplia galería de fantasmas, desde lo que piden venganza hasta los intimidatorios, desde los silenciosos a los que les gusta la jarana, de niños a ancianos. Todo tipo tipo de apariciones donde Dickens deja bien claro lo mucho que le interesa el tema y nosotros, simples lectores, aplaudimos por ello.
Ya sabéis lo muchísimo que me gustan los relatos de terror victorianos, y aunque no podría ponerle un ‘pero’ a ninguno de los relatos, de este libro me han gustado especialmente ‘El guardavías’, ‘La historia del retratista’ y El Capitán asesino y el pacto con el Diablo. En este último, precisamente, Dickens nos habla de los relatos infantiles que se les contaba a los niños victorianos para asustarlos, a los que él achaca las irregularidades de sus digestiones. Se trata, en fin, de una pequeña joya, un divertimento para aquellos que quieren dejarse seducir por unos fantasmas anticuados y tremendamente efectistas. Un libro para leer al anochecer, desde luego, debajo de una manta y con una buena y humeante taza de té, para no perder las buenas costumbres.
Otra de sus historias, lo recuerdo bien, tenía como protagonista a una joven aparecida que salía de una urna de cristal y embrujaba a otra muchacha, a la que pedía que recuperase sus propios huesos (¡pensar que se preocupaba tanto por sus restos mortales, Dios mío!) y los metiese en la urna de cristal. Luego le exigía que los inhumase en cierto lugar que ella le indicaba, con toda la solemnidad y el boato que pudiesen comprar veinticuatro libras y diez chelines.
El Capitán asesino y el pacto con el Diablo
Impedimenta
240 páginas
ISBN: 978-84-937601-0-6
Traducción: Marian Womack; Enrique Gil-Delgado
19 euros

Más información Ficha en Impedimenta
En Papel en Blanco ‘La señora Lirriper’ de Charles Dickens y otros



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