31 de diciembre de 2010

LO QUE NO PROMETERÉ ESTE AÑO


Hace días que padezco los atropellos insoportables de mis allegados y de los que no lo son tanto (que no por no serlo son menos pesados) con esos remolques cargados de promesas.

En cuanto me ven comienzan con el bombardeo aburrido de todas las actividades, proyectos, intenciones y deseos que  (¡ja!) compondrán al inicio del año.  Una tonadilla so pretexto de variar el manido tema de la crisis o de especular una vez más con el frío clima del invierno (¿?). 

Y puntuales como cada temporada, pero menos consumados que el encabezado del anuncio del Almendro, es tradicional que malgasten mi tiempo (y paciencia) con sus retahílas de promesas de fin de año.  Promesas que se apagan a medida que pasan los días, como un candil sin aceite a remolque de un inconsistente calendario.


-...Pues yo, para el año que viene, me he apuntado a un curso de cría de tortugas en climas tropicales...-

Mi parte políticamente correcta:  - Ahum...interesante...-
Yomismamente:                             Será gil...cretino.  A éste le pones un cuadernillo de         Rubio de primero y le suspenden por evitar los puntos, y ahora se las da de viajado por ver los documentales de la 2 . 

Y no es que tenga nada en contra de ésta cadena y sus momentos de cultura, sino todo lo contrario.  Pero el año pasado ya le hizo ilusión probar algo nuevo y para ello no se le ocurrió otra cosa que apuntarse a la Iditarod , que para quien no lo sepa es el nombre de la competición de trineos con perros anual que se celebra en Alaska.  Se borró a los quince días, cuando alguien le hizo desistir tras el cuato intento de recrear la mushing sobre una tabla de surf tirada por 20 conejos. RIP.

-...no pasa de este año:  o dejo de fumar, o me doy a la bebida...-

Mi parte políticamente correcta:   -  Verás como esta vez lo consigues, hombre...-
Yomismamente:                              Por eso cada año repites lo mismo, mamonazo, porque de tanto darle al carajillo mañanero, la cervecita del vermout, y los güisquis para amenizar las tardes en plan americano,  cada mañana te olvidas de los cigarros que te fumas durante el día.

Cada uno tiene sus vicios, estoy de acuerdo.  Pero engañarse de esta manera uno que  que acumula más entradas y salidas en AA que yo entrando y saliendo de casa un fín de semana, tiene poco mérito.  Se ve que tanta movida le deja desmemoriado y rebosante de buenas intenciones. 

-...empiezo el día 3, que el uno está cerrado por festivo, y el 2 no me termina de convencer...-

Mi parte políticamente correcta:    -  Pues claro que sí, tío..., si lo de menos es  día, el caso es proponértelo...-
Yomismamente:                               Míralo, el Geiper-gimnasio cargando con todo el equipo nuevo que se ha comprado en El Corte Inglés,  y tirando de visa, que la casa es grande, chaval.

Que nadie malinterprete.  Las tarjetas están para fundirlas, ya sea con cursos a distancia de monte su propio gallinero con alambre del Amazonas, ya sea con las cápsulas milagrosas que vende el chino de mi barrio en un envase cuyas únicas letras descifrables rezan en cuatlo semanas, volvel a los 25 sin sel necesalio dieta hololosa. 

Nada tengo en contra de las tarjetas de plástico sino su uso indiscriminado, que en el caso de éstos geiper-negados se convierten automáticamente en ferias vecinales, donde campan a su anchas tenderetes provistos  de tantas ofertas en estilos, diseños y tallas de prendas deportivas como buenas intenciones los provocaron.  Y teniendo en cuenta que las familias son casi todas numerosas, los turnos de servicio les cunden más que a una gasolinera el autoservicio,  y doy testimonio del coñazo que resulta para sus vecinos (entre los que se incluye este servidor) esquivar los lastimeros barato, barato en el rellano de la escalera a tiempo completo.

No prometo que no sea yo quien rompa este año con mi intención de ser políticamente correcto,  y quizá entonces me dedique a hacer bolitas de papel con saliva que iré lanzando a cada promesa referida, como una salve mariana que agitaré en el aire al sonido de las doce campanadas.

Quedan avisados.  Feliz Año.

2 comentarios:

  1. Jajajaja, el políticamente correcto y el otro no son más que Dr. Jekyll y Mr. Hide, siempre presentes. Hay la tendencia a hacer planes que muchas veces no se cumplen porque la vida sigue un curso inexorable y que a veces no comprendemos. Yo los anoto, y voy haciendo revisiones periódicas para ver si voy andando en ese sentido o no estoy haciendo nada por lograrlo. Lo que no me agrada son los saludos ´tipo tarjeta navideña´ tales como "que el Niño Jesús te colme de bendiciones blablabla", "que la dicha Y la prosperidad se apoderen de ti y tus entrañas", "van mis deseos por una feliz Navidad para ti y los tuyos" blablablabla y durante el año apenas si te saludan. Besos Laura!ozzieaiffil@gmail.com

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  2. Recerdo lo mal que lo pasé los dos últimos días del año, enfrentando mis ganas de salir corriendo ante tales comentarios y mostrar lo ue sentía, o disfrazarme de borrega y seguir al rebaño. Mi nombre no constó en las redes con los tópicos poíticamente correctos. Sigo siendo una paria de los aborregados. Lo siento por mi, ue todo me cuesta el doble, por no intentar agradar, y lo celebro por todos esos "ellos" que parecen ser tan felices y quererse con las horas contadas. Pero cuando tienen un mal día, si te he visto, no me acuerdo, jajaja. ;-)

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