27 de marzo de 2011

RESEÑA - GOUNDI, UNAS VACACIONES DIFERENTES

GOUNDI, UNAS VACACIONES DIFERENTES de Isabel Rodriguez Vila

GOUNDI, UNAS VACACIONES DIFERENTES


(Una aventura solidaria en el Chad)
(Prólogo de Javier Nart)
(Presentación de J. Barberá)
Isabel Rodriguez Vila

Editorial Plataforma
Colección: Testimonio
© texto y fotografías, Isabel Rodríguez Vila, 2009
© Plataforma Editorial, 2009
1ª Edición Noviembre de 2009
Género: Literatura No Ficción – Testimonio - Humanidades
ISBN: 9788496981713
207 Páginas


Argumento

Cuando las vacaciones de verano se convierten en un mano a mano cooperando con personas desprendidas, que se dedican a dar su vida para acercarse un poco a un utópico bienestar de una zona paupérrima del Chad.
Cuando las cremas hidratantes pasan de ser un capricho consentido a un lujo inalcanzable, como lo es un interruptor o el hecho de ver salir agua fresca de un grifo.
Cuando la propia experiencia es la encargada de mostrarnos la miseria humana, esa realidad que en el “primer mundo” no llegamos ni a rozar siquiera.
Siempre hay personas deseando ayudar y echar una mano, constata Isabel. Ella y su marido son dos ejemplos de ello.
Unas vacaciones en el año 1992 le han llevado a vivir en primera persona la enfermedad del continente africano. Esa que sin darte cuenta se mete bajo la piel, para la que solo existe una cura: volver y volver...


Hay libros que nos pueden gustar más o menos, ya sea por su historia, un estilo que nos es ameno, una trama bien construida,...razones diversas que nos enganchan a seguir leyendo o que nos introducen en un hueco literario que antes nos pasó desapercibido.

Este libro es de los que marca, que deja una impronta que no se olvida fácilmente con el paso de los días, quizá porque entonces ya somos conscientes que mientras analizamos, pasamos una página y nos recostamos o damos un nuevo sorbo a nuestro café, los personajes que hemos conocido, que vamos ensayando a medida que la historia avanza, son reales. Y esa realidad continúa más allá del instante en que aquí cerramos el libro. Esa premisa se convierte en una de las preocupaciones que a Isabel Rodríguez Vila, la autora, y por ende protagonista vivencial de este documento sobrecogedor, le produce cierto malestar de un tiempo acá, algo que no había experimentado en todos los años que ha intervenido en esta aventura.


¿Qué ocurre cuando la miseria se hace costumbre, y se instala cada vez en la misma cara del cubo? No se llegas a entender, hasta que el puzzle toma forma y las piezas encajan. Esto sucede cuando Isabel llega a Goundi, un poblado–misión a cargo de religiosos y cooperantes, en donde el hospital se convierte en el centro presencial de las vivencias, testigo de la inagotable fuente de valores prácticamente desaparecidos a este lado del mundo, que surgen en presencia de un halo que en ocasiones reseca las gargantas, y otras hace que bailen al ritmo de la ansiada época de lluvias.

Tras una lectura a saltos, entre vagones de tren y esperas varias, tuve la necesidad de abrir el libro desde el comienzo, para asimilar tanta emotividad, todas las escenas que se condensan desde el primer renglón. Y lo terminé de leer en apenas dos tirones.

Creo que ha merecido la pena rescatar este libro entre las varias lecturas pendientes, ya que ha supuesto un varapalo de realidad, de la otra realidad, sobre la que solemos hablar, porque, ¿quién posee datos suficientes capaces de removernos un poquito la conciencia?. Solo un testigo en primera persona con una mente y una disposición abierta, como lo son las de Isabel Rodríguez Vila, capaz de tocarnos el hombro y llamar nuestra atención sin entrar en tremendismos ni victimismos innecesarios.

Conscientes de que el día en la misión se mueve a cámara lenta, y de la inexistencia de distracciones materiales que les permitan mirar hacia otro lado, Goundi les regala una introspección silente, ideal para sopesar las distancias que existen entre el mundo que les han vendido y el recién encontrado.

Isabel Rodríguez Vila ha cogido la cámara para dejar constancia de la vida que parece escapar por las ventanas del hospital, de la muerte que a menudo acecha a pocos metros de su cama, de la bondad sin límites de esas personas anónimas que se sumergen en una vida caótica, compensada con una sencilla sonrisa, auténtica.

Imagino a Isabel, la mujer, en medio de ese bochorno que consume la micción y empapa su uniforme verde de enfermera, desplazándose por la misión, sin apenas necesidad de buscar la foto, sino dejando que vengan a ella las imágenes que termina por incluir en la parte central del libro. Un testimonio que ya habla por sí solo.

Es éste un libro que sin proponérselo nos obliga a meditar, al tiempo que puede servir como puente que abra nuevos caminos para algunas personas que quieran cooperar de algún modo con esta misión. Isabel ha advertido tras dar a conocer el proyecto llevado a cabo en Goundi que hay mucha gente deseando echar una mano. Y después de leer este libro, nadie puede quedar indiferente. Como mínimo, uno se siente pequeño, muy poca cosa, como le ocurre a ella cuando contempla todo el amor que le rodea a diario, a través de comportamientos desprendidos y la perenne actitud positiva de los cooperantes.

Un sentimiento que vence aún a la necesidad y a la evidente falta de medios técnicos.

No es un tratado de “cómo ayudar a los pobres del tercer mundo”, ni intenta ser convincente. No empuja a nadie para obligarle a reaccionar.

El testimonio absorbe, es así de fácil. Isabel le lleva a uno de la mano a través del poblado, pasando junto a la sala en donde los niños se mueren entre convulsiones, sin olvidar el tramo que rodea la plaza central del hospital (en donde los familiares de los enfermos ocupan un sitio fijo al lado de estos, a la intemperie, en ocasiones durante tantos meses como tiempo de cuidados necesite su familiar).

Al finalizar el largo día la enfermera se resguarda entre los brazos de un profesional con vocación, su esposo Mario Ubach, cirujano, médico voluntario en el hospital de Goundi.

Isabel llora en silencio la impotencia que siente ante algunos días especialmente duros. Pero siempre hay algo que le empuja a seguir adelante, ya sea un nuevo proyecto o la alegría que suponen las aportaciones y el ánimo que recibe cuando llega a España y empieza de nuevo a acumular regalos, donativos de amigos y otras personas que como ella, son conscientes del verdadero significado que hay tras la información –que suele llegar sesgada- del circuito de ONGs varias.

Dicen que los milagros ocurren cuando el tiempo y el espacio forman parte de un mismo todo. No se si en Goundi se han visto muchos milagros, en todo caso, seguro que no los airean, porque allí se vive el hoy, el ahora, sin las prisas de nuestros modos de urbanitas. En aquella parte del Chad no han llegado las enfermedades de moda que nos acosan en este lado, ni depresiones, ni ansiedad localizada. No es extraño, sin embargo, acusar la plaga de otras supuestamente extinguidas. La paradoja actual que sin lugar a dudas nos muestra esta sintomática incoherencia a nivel mundial.

La autora ha cedido sus derechos de autor al Hospital de Goundi. Sé que muchos se animarán a conocer esta misión, así que desde estas líneas les invito a entrar en www. misionydesarrolloparagoundi.com.

Por el espíritu de Goundi y por el ejemplo que todas las Isabel nos dan cuando nos atrevemos a mirar por encima de nuestra comodidad cotidiana. Creo que me quedo corta. Se merecen mucho más.


Saray Schaetzler, para Anika entre libros

24 de marzo de 2011

EVENTO DE GRAFITIS - BARCELONA

Con motivo de la próxima publicación de La tierra de las cuevas pintadas Ediciones MAEVA y ENROTLLA’T han organizado un concurso de Grafitis: ¡Las pinturas rupestres del siglo XXI!


En La tierra de las cuevas pintadas el arte rupestre está muy presente, pues Ayla queda muy impactada al contemplar las maravillosas pinturas que encuentran en algunas cuevas y que le ayudan a sentirse especialmente cercana a la Madre Tierra.

La fecha y el lugar serán el jueves 14 de abril de 2011, a las 18:30 horas en el FORUM FNAC TRIANGLE (Plaza Cataluña, 4. Barcelona)

El conocido artista grafitero Jordi LLobell, portavoz de Enrotlla't" colabora con el proyecto.
Los participantes tendrán que pintar un grafiti cuyo tema sea las pinturas rupestres de la Prehistoria y un jurado se encargará de votar al mejor graffiti.

Para apuntarse hay que mandar un email a info@enrotllat.org

Para los ganadores habrá varios premios importantes y a todos los participantes se les dará una bolsa MAEVA con merchandising del libro. Además, la FNAC regalará un libro de Grafitis.

La entrada es libre hasta completar aforo.

22 de marzo de 2011

LAS VENTAJAS DEL MODO OFF

LAS VENTAJAS DEL MODO OFF



‎48 horas sin ordenador (o con él, pero prescindiendo de). Una necesidad de volver al origen, cuando los mensajes aparecían de manera espontánea, ya fuera en forma de encuentros personales, de una llamada, o una lectura cuidada.  Paseos junto al mar.

;))

18 de marzo de 2011

LA LAVADORA IMPOTENTE

LA LAVADORA IMPOTENTE




Nada causa más frustración que la muda amenaza de una lavadora que se avería;   doble revés si se acerca el fín de semana.

El piloto comenzó a parpadear y de pronto se sumió en la oscuridad sin previo aviso, sin una queja, sin decir este bombo es mio.

Probé a palpar el enchufe -dentro-fuera, dentro-fuera-, por si el motivo fuera una mala conexión, pero nada. El batiburrillo de prendas se ahogada en el interior y ya no era capaz de seguir su programa. Vacié el contenido, quién sabe, a veces la cargamos tanto que el bombo no lo resiste. Como las personas.

Todos tenemos un punto máximo de carga, un tope; la famosa gota que colma el vaso de agua. Mi lavadora probablemente había llegado a ese punto y ahora se quejaba; era su modo de plantarse ante mi empeño de forzarla a seguir ahí, dando vueltas sobre sí misma en función pre-lavado, alimentada a base de polvos, líquidos azules y perfumes exóticos. ¡Diablos! Que solo es ropa, pensé.

Evalué si mi propio límite no estaba a punto de reventar las conexiones sinápticas con que la humanidad me ha dotado , y en un último momento de lucidez decidí dejar por esa noche que la máquina -y mi vida-, siguieran su ritmo, sin forzar la marcha, aligerando la carga de ambas.

El descanso obra milagros. Hasta a uno que yo sé alguien le prescribió descansar al séptimo día. Por qué íba a ser menos mi lavadora, que en esos momentos representaba para mi poco menos que lo que lo era una diosa. La deidad de la pureza y el brillo, la suavidad y la arruga bella (obvia aclarar que odio la plancha).

A la mañana siguente me dirigí con optimismo en dirección al botón de encendido. Un tic decidido, y voilá: las dos como nuevas.

No me sorprendió. Las personas, y las lavadoras tenemos ese curioso potencial que nos empuja a sobrevivir incluso a las marchas forzadas. Es cuestión de equilibrar ritmos, sentarse cuando toca, y seguir caminando. Como marca el programa.

(Dicen que...)
Saray Schaetzler

13 de marzo de 2011

RESEÑA - EN EL UMBRAL DE LA MUERTE






Eduard Pascual
Roca Editorial
Colección: Criminal
© Eduard Pascual, 2010
1ª Edición: Octubre de 2010
Género: Novela – Narrativa Policíaca- Novela Negra – Misterio
ISBN: 978849918140
315 Páginas


Argumento

Una serie de asesinatos pondrán en vilo al cuerpo de Mossos d’Esquadra de Barcelona.

En Figueres, un asesino en serie va dejando pistas sobre los asesinatos que está a punto de cometer. Y lo hace de un modo nada habitual, nunca antes visto: A través del Bookcroosing, un juego internáutico que consiste en dejar libros ya leidos en lugares repartidos al azar, con la finalidad de que los jugadores los intercambien entre ellos.

Las elección de las novelas tampoco es un hecho casual. El detective Carvalho, famoso personaje creado por Montalbán, se convertirá en el protagonista de los quebraderos de cabeza del cuerpo de policía en esa comarca.

El Estrangulador, apodo que el asesino muestra con toda la impunidad que le da el anonimato, convierte a un escritor y a su personaje de ficción (Montalbán/Carvalho) en los mensajero idóneos para revelar con cuentagotas las pistas que conducen hasta las posibles víctimas.

Los policías se ven implicados en un juego en el que juegan en su contra el tiempo y las adivinanzas que contienen mensajes cifrados, así como la terrible sospecha de que el asesino sea uno de los suyos.

Josep Flores, sargento y Jefe de la Unidad de Investigación será el responsable de dirigir la operación, en un momento en el que su vida personal ha sufrido varios reveses. Matan en un tiroteo a un compañero de profesión, su ex esposa le ha dejado sin casa y se ve obligado a vivir de prestado, y además mantiene en secreto la atracción que siente por Sonia Mora, subordinada que pertenece a su propio equipo.

Dotado de un carácter nada fácil y nadando entre la investigación y sus asuntos particulares, no es extraño que el sargento termine por implicarse de modo personal en este trepidante caso.

O quizá sí. ¿Quién no lo haría al saberse sospechoso de asesinato?


Opinión

De todos es conocido que el zeta es el nombre con que se denomina al vehículo oficial que utiliza la policía nacional. Pero, ¿qué significa Roda? ¿y las siglas IOTP?.

Para tranquilizar a los lectores impacientes les comentaré que En el Umbral de la Muerte no es una obra de divulgación. No obstante, comparte con ellos varios términos que son utilizados a diario en el campo policial.

Es difícil que una trama resbale cuando el amplio conocimiento del autor sobre el tema queda constatado desde un primer momento. Más en este caso, que viene avalado por la propia experiencia de Eduard Pascual en este campo.

La descripción de los métodos de investigación, los protocolos establecidos ante ciertas circunstancias, quedan reflejados en El Umbral de la Muerte, para satisfacción de los curiosos así como para la de los seguidores del estilo policiaco.

Además de no encontrarle un fallo en ese sentido, aplaudo la trama dinámica que Eduard Pascual ha conseguido a lo largo de la historia (se ha convertido por tanto en una lectura atenta y continuada por mi parte, y con gusto he llevado el libro a mano para aprovechar y leer de un tirón entre esperas varias).

No podría seguir hablando de este libro sin compartir -como lectora empedernida- una de las aficiones más divertidas que conozco en torno al mundo de las letras, y que en la obra de la que hablamos es uno de los puntos centrales sobre los que gira su trama.

Si el lector aún no conoce la práctica del Bookcroosing (traducido al español sería algo así como cruce de libros), y para evitar al lector que le pille tan desprevenido como al comisario Josep Flores en El Umbral de la Muerte, comentaré brevemente que el término nació a principios del siglo actual, pretendiendo ser una comunidad virtual de intercambio de libros. Lo novedoso de esta práctica con tintes de juego literario, es que implicó en el mismo paquete a amantes de la lectura, de los juegos de rol, y a viajeros consumados -entre otros-, rebelando una vertiginosa expansión mundial.
Diez años después se organizan encuentros nacionales, intercambios de libros en mano, e incluso se pueden hacer peticiones de obras, según preferencias individuales.

El Bookcroosing consiste en ir dejando (liberando) libros en los lugares más insólitos, previo aviso en una web destinada para ello, con la finalidad de que los libros sean recogidos (cazados) por los usuarios registrados, y éstos, a su vez, los vuelvan a liberar una vez leidos. Es curioso comprobar cómo un libro ha pasado de mano en mano, en ocasiones aterrizando en los lugares más insólitos del mundo (la jungla).

En Europa, España es un de los países con más libros liberados por semana, aunque no alcanza aún los niveles de otras naciones como Alemania o Gran Bretaña.

Además de utilizar el Bookcroosing como uno de los métodos de los que se servirá el asesino de En el Umbral de la Muerte, Eduard Pascual (Barcelona, 1965) consigue fijar la atención y la curiosidad del lector mediante algunas claves que ya hemos visto en otros autores, y que a mi personalmente me atrapan a la hora de decidirme por una obra u otra. En este caso, los personajes se mueven en terreno nacional, concretamente en la ciudad de Figueres, conocida por ser cuna del famoso pintor y escultor del siglo pasado, Salvador Dalí, a quien también hace referencia en varios momentos, a modo de curiosidad.

Moverse en terreno conocido -en este caso geográfico, además de profesional-, y utilizar como firma del crimen una rosa, además de acudir al Bookcroosing como pista para indicar un posible asesinato, las novelas de Manuel Vázquez Montalbán como medio de investigación para llegar al asesino, son las características principales que se unen en esta obra, con las que Eduard Pascual mantiene la intriga hasta el último momento.

La lectura es fluida, a pesar de la cantidad de nombres propios que van apareciendo durante el transcurso de la obra, un escollo que se puede salvar si al tiempo que leemos, tenemos la precaución de ir anotando una especie de quién es quién (esta lista nos facilitará la lectura a los que no nos distinguimos por la capacidad de memorizar demasiados nombres propios de golpe).

Quizá sería interesante que en siguientes ediciones (que seguro las tendrá) o en novelas sucesivas se introduzca una breve nomenclatura, para activar la lectura.

Los personajes deambulan confiados sobre terreno seguro, aunque la personalidad de Josep Flores, el comisario, no termina de convencerme, sobre todo al principio de la novela. Encuentro que el personaje está impostado en exceso. Esos saltos de carácter tan opuestos no me parecen creíbles (pasa de ser un tipo casi indomable y de carácter soez a la encarnación de un bizcochito emocional que se derrite ante la mirada o el simple roce de aura con una de sus subordinadas, la cabo Sonia Mora).
Por otro lado, el exceso de palabras malsonantes le hacen flaco favor y le quitan cierta credibilidad ante mis ojos.

Todo lo anterior se salva gracias a que el lector se meterá de lleno en una trama construida con inteligencia y a la trepidante acción de los sucesos, que casi no dan tiempo a respirar.

Hasta el final de la obra no he sabido quién era el culpable, y mis dudas han saltado de uno a otro personajes, aún y así que me he fijado en los detalles y la construcción de la trama. Por tanto, fabulosa y recomendable con nota por mi parte. Ya espero impaciente la siguiente entrega.

Saray Schaetzler, para Anika entre libros


(Y sí, algunos ya lo habían adivinado: Roda es como se denomina a los coches oficiales que utilizan ¡los Mossos d’Esquadra!).





12 de marzo de 2011

LA BELLA DURMIENTE - CUENTOS DE HADAS TERRORÍFICOS I

LA BELLA DURMIENTE - CUENTOS DE HADAS TERRORÍFICOS I



Esta noche he soñado con cuentos de hadas. Desde que sé que mis células no responden a los tratamientos, que cada día desaparezco un poco, ocurre que mi mente a momentos me traiciona, y hasta he comenzado a soñar por las noches, y lo que es más sorprendente, he comenzado a recordar mis sueños, algo que nunca antes me había sucedido.

Y el sueño de esta noche era claro, más diáfano que las radiografías que tengo colgadas en la despensa, que le recuerdan a la conciencia los excesos que no le convienen. Como si eso fuera un remedio.

En el sueño yo era la Bella Durmiente. Lo sé por cómo íba vestida, el mismo traje de los troquelados que leía de pequeña, la versión de los años cuarenta o cincuenta, aquellas mangas abombachadas, la misma cinta roja en el pelo, los zapatitos que me recordaron a todos los zapatos delicados, cubiertos de tela, que es como siempre aparecían en mi imaginación. Zapatos de raso brillante, impolutos aún después de trotara trotar durante siglos en medio del bosque. Me pregunto cómo hacía Blancanieves para tener esos lustrosos zapatos en medio de la vorágine del cuento, yo que desgasto las tapas solo con ver a otros caminando.

Pues bien, recordé que como ella, yo estaba durmiendo, pero lo mío no era una cajita de cristal de bohemia, todo fino y de la mejor calidad, no, hasta en los sueños me toca la peor parte. Me acomodaba como podía en el fondo de un feo ataúd, y mi rostro sólo era visible si te acercabas y mirabas a través de un cristal que ni siquiera estaba limpio;  y yo estaba despierta, pero nadie se daba cuenta.
Al recordarlo la vista se me fue sin querer hacia los cristales de la terraza, casi opacos a causa de la porquería de la última lluvia que los cubría.

En el sueño la gente pasaba de largo, ajena a mi presencia delante del ataúd en el que yo apenas encajaba.  Los enanos del cuento lloraban a Bella Durmiente. En mi caso, yo veía pasar a mis amigos y conocidos, pero ellos no me veían. Intentaba hablarles con la mirada, pero ellos solo curioseaban  y de nuevo veía cómo se alejaban, seguían con sus vidas y sus quehaceres, sin inmutarse por verme allí, bajo una tapa de cristal. Yo no podía moverme, estaba como una figura de cera, tan hierática como los domingos en que leía las noticias claustrofóbicas del periódico. Vetada de palabra y acción, la ley de Murphy y mi único sueño hecho realidad.

La Bella Durmiente se negaba a seguir dormida...


(La Bella Durmiente, Cuentos de Hadas Terroríficos I)

7 de marzo de 2011

POESÍA - Poemas de Rosario Sancho (Bandolera)



Apuntaros en las agendas sin demora:

Fecha:  8 de marzo (o sea, MAÑANA)
Hora:   23.00h

Poemas de Rosario Sancho, nuestra querida Bandolera de Facebook.  Ya hay muchas personas que me están confirmando la asistencia al evento a través de la red, y ahora lo comunico en mi blog, a la espera de que esos otros que sé estáis por ahí ;), fieles seguidores, toméis nota.

Nuestra compañera de "El Club de los Ciberpoetas" y "En el mundo también suceden cosas Buenas", nos provoca las risas con esos teatrillos que ya son bien conocidos, destacando ese humor tan personal, como la profesionalidad en la construcción de los textos.  Una calidad que no deja indiferente, y que invita a seguirla, ya sea a través de su blog, o de otros en los que es colaboradora habitual.

En Bando, además de las risas que provocan sus comedias teatrales, se encuentra la alegría de la mujer que hay detrás de los escritos.  Toda ella es un poema.  Empática, con carácter, entusiasmo y alegría. Vamos, una mujer de esas que no pasan desapercibidas...


Aquí el enlace para escuchar la radio de Nicanor García, que se encargará de darles vida con una voz que aseguran promete...
Aquí  el enlace de El Club de los Ciberpoetas



Mi agradecimiento a Noches de Luna, de Nicanor García,  a Alef Thau, que nos ha hecho co-autores de ese blog, a Laurie (ya otro día le dedico su merecido espacio) y a todos los compañeros de este teatrillo en donde solemos reirnos, unos días más que otros, es cierto, pero siempre así, ¡sin complejos!

Por la cultura.

4 de marzo de 2011

RESEÑA - EL MAL DEL ÍMPETU

EL MAL DEL ÍMPETU

Género: Relato breve
Iván Goncharov
Editorial Minúscula
Colección: Paisajes Narrados, 45
© 2010 Editorial Minúscula S.L.
© Traducción 2007:Selma Ancira
Revisión Marta Hernández Cibernat
1ª Edición Diciembre de 2010
Género: Relato Breve – Retrato Social
ISBN: 9788495587732
105 Páginas


Argumento


Iván Goncharov se encuentra entre el elenco de clásicos rusos del pasado siglo. Funcionario en el Ministerio de Finanzas, y más tarde en el denominado de Censura, es el autor de una de las novelas más significativas de la narrativa decimonónica.

En El mal del Ímpetu, relato corto escrito en 1838, Iván Goncharov nos muestra el eterno dilema existente entre la actividad y la apatía en que se debaten sus personajes.

Mientras que durante el invierno la familia Zúrov y algún invitado esporádico suelen disfrutar de las tardes apacibles literarias en torno al acogedor fuego del hogar y la tranquilidad de su casa, su vida se transforma en un torbellino confuso de actividades. en cuanto llega la primavera, acechándoles el peligro de cierta enfermedad que lleva por nombre el mismo título del libro.


Opinión

Cada invierno el personaje central de esta historia acude como invitado a las veladas familiares que organizan en la casa de la familia Zúrov. Las veladas son animadas, ya que en la familia Zúrov no existe lugar para la haraganería mental; las horas a su lado transcurren sin apenas percartarse del tiempo.

Los veranos los pasa junto a su abuelo, pero éste fallece de pronto, y es cuando decide aceptar la invitación de la familia Zúrov para compartir con ellos también alguna velada durante la época estival. Pero llegará el momento en que dudará en si continuar o no con esas visitas.

El eje central de la historia parte y se centra en los intercambios de ideas y las situaciones que se van creando ante nuestros ojos, pues la conclusión no se hace patente hasta bien entrada la historia. Así, podemos decir que el lector participa de la historia y saca sus propias conclusiones al tiempo que lee.

¿Qué le hace plantearse ese cambio de opinión? No es sencillo de explicar: La rara enfermedad que denominan El Mal del Ímpetu, o lo que es lo mismo, ciertas circunstancias que hacen que todos los componentes de una misma familia –ya culturalmente inquieta en un principio-, se aboque de repente a la actividad más frenética, en medio del esplendor del campo en tiempo de primavera.

Y ésta es en realidad la obsesión del escritor, que mediante este relato corto nos pone en situación, e intenta darnos una visión de actividad frenética contínua durante todo el tiempo que dura el libro..

Dentro de la narración encontramos ideas contrapuestas en referencia a la actividad, por ejemplo, la haraganería del señor Nikon Ustínovich Tiazhelenko, que cree que es suficiente el ejercicio que realiza con su paseo dentro de casa, y se autojustifica por ello delante de nuestro protagonista, poniéndole sobre aviso del futuro que le espera si decide aceptar las visitas y los paseos en verano junto a la familia Zúvor,.

El protagonista averiguará antes de que termine la estación de qué se trata esa extraña enfermedad, padeciéndola en carne propia.

El texto y la decoración de los diálogos recuerda bastante a otros cuentistas rusos de la época. El relato consigue mantener la curiosidad y un ritmo constante, y durante toda la trama vuela en el aire la duda sobre qué es lo que produce esa enfermedad que tanto se nombra y a la que en principio parecen temer, y qué tiene que ver en todo ello la familia Zúvor, lo que anima a seguir leyendo.

Tampoco faltan los toques de humor , muy sutiles.

El único inconveniente que le encuentro es la dificultad al repetir o tratar de recordar los nombres propios de los personajes, basados lógicamente en los nombres de pila al uso en Rusia a finales del siglo pasado.

Editorial Minúscula nos descubre en esta colección una serie de relatos más o menos cortos, en cuyo interior desfilan variados personajes y lugares insólitos, otros parajes del mundo que son descritos a golpe de pluma en primera persona, ya sea por su protagonista como a través de otros expertos conocedores o viajeros.

Todos ellos bajo la firma de renombres de la literatura a lo largo del mundo.

Esta Editorial ha editado varias colecciones de diferentes temáticas, que se distinguen por el cambio de color; pequeños y sencillos, pero a la vez elegantes, con una imagen retrospectiva en blanco/negro en la portada. Encontraremos varias referencias culturales en cada lectura, lo que las hace aún más interesantes.

Para mi se han vuelto indispensables, y suelen formar parte de mi “fondo de bolso”. Además de asegurarme un libro que puedo llevar siempre conmigo, gracias a su formato tipo bolsillo que no abulta ni pesa, y a su interesante lectura, la calidad de sus textos también está asegurada.

Muy recomendables, por tanto.

Saray Schaetzler, para Anika entre libros

Mi agradecimiento personal a Editorial Minúscula.

1 de marzo de 2011

Randy Newman - Sail Away



Este es mi pequeño homenaje a Randy Newman, uno de mis compositores actuales preferidos.  Dicen las malas lenguas que la madrugada pasada se le vió salir de la Gala de los Oscar con una estatuilla dorada bajo el brazo!!  Felicidades,  Randy !! NO hace falta decirte que you've got a friend in me...


RESEÑA - SAPORE DI SALE



SAPORE DI SALE (Una Crónica Sentimental Italiana)
Libro de Viajes - Testimonio
Arturo San Agustín
Editorial Península
Colección: Atalaya 410
© Arturo San Agustín, 2011
© Prólogo , Joan Manuel Serrat, 2011
1ª Edición Enero de 2011
Género: Libro de Viajes – Testimonio
ISBN: 9788499420783
386 Páginas

Argumento

Por qué buscar un argumento cuando la confluencia de varias situaciones, recuerdos, objetos y pasiones ya lo hacen por sí solas.

De trasfondo Italia, un país dinámico en donde el gesto exagerado y el ruido callejero forman parte de su idiosincrasia, una tierra en donde aún quedan personajes de esos te sonríen con los ojos. Y no es casualidad, considerando que Italia es uno de los pocos países europeos que parece conservar el secreto con el que consigue la connivencia de lo más novedoso o moderno junto a la conservación de antiguas tradiciones familiares, folklóricas, o de sus monumentos.

Esta es la esencia de la vida, de Sapore di Sale, con las historias que nos narra Arturo San Agustín, entre vasos de vino criado en la misma tierra, el sabor de la comida casera, y la amistad incuestionable. Como si nos escribiera una carta enviada en tiempo de vacaciones.

Historias narradas por sus protagonistas o personas cercanas, y que se extienden de boca en boca, acompañados de un buen vino.

Sapore di Sale no pretende ser un copia exacta de nada, sino que se manifiesta desde el recuerdo, los sentimientos que surgen al admirar –en este caso- Riomaggiore, una tierra cubierta de cepas centenarias, que huele a mar, y para colmo, amenizada con banda sonora. Como en una película.


Opinión

Mi mayor preocupación antes de abrir el libro era conocer la razón de una historia sin pies ni cabeza. Cómo se come, pensé, introducir canciones, vino, lugares con un denominador común y no ser un libro de viaje al uso. Porque no tenía ganas de leer una guía de viajes, la verdad sea dicha.

La mente humana es traicionera, y el tiempo termina por borrar lo que un día conocimos como verdad; con el devenir de los años le quita el disfraz y la adorna con nuevas sensaciones.
Arturo San Agustín se ha servido de la confluencia del mar que salpica a la Liguria y de la amistad, entre otros; de historias que le cuentan y que él no cuestiona, pero que traslada con su idioma mental particular al folio, porque lo que uno se imagina desde el momento en que cierta historia llega a su vida también es válido, por qué no, como punto de partida.

Y aquí está la razón de que este libro me atrapara -y sin darme cuenta-.

El hilo sobre el que transcurre la historia, la que Arturo San Agustín ve, no sigue un periodo lineal en el tiempo que podamos ir marcando con el dedo, ni es estática, salvo por los puntos geográficos, que sirven como punto de anclaje para situarnos en esa atmósfera particular y asimismo permiten que se vuelva sensorial y llegar incluso a oler, tocar, o escuchar el ambiente de fondo.

Al terminarse un capítulo ni siquiera importa demasiado que las historias hayan sucedido tal cual las narra. Lo que queda es la vivencia particular que experimenta el lector. Esto es lo que me ha hecho seguir leyendo un capítulo tras otro. El “a ver qué descubro y qué recuerdos me trae lo que me está contando”.

En Sapore di Sale hay tantas historias como nuestra imaginación se permita imaginar, porque cada persona es un mundo, y el mundo de Sapore di Sale mantiene su pasado y su memoria indelebles gracias a una serie caleidoscópica basada en narraciones particulares.

El tono íntimo y acogedor general del libro surge de la luz de ese paisaje tranquilo, de una tierra que nos huele a mar y a vino y de un ambiente general de relax interno, lo que no quita la introducción de situaciones dinámicas.

Durante la lectura de Sapore di Sale he recordado esas sobremesas -que casi siempre se dan en lugares ajenos al propio-, en donde uno mantiene la atención en los sentidos más que en las historias. Momentos en que uno se descubre siendo protagonista, más que escuchante, dando forma mental a los motivos que se esconden detrás y entrando en situación de manera natural.

Para entendernos, esos instantes tras los que de manera espontánea nos sobreviene una especie de recogimiento que nos lleva a meditar y asimilar lo vivido.

Sapore di Sale es una crónica de vida, de instantes recogidos a modo de impresiones. En ocasiones las historias toman forma mediante diálogos y conversaciones mantenidas entre los personajes protagonistas (¿todos reales?), o a través de anécdotas divertidas, como el cruce de existencias que pudo existir con el mismísimo Onassis, en una surrealista secuencia de playa.

Como curiosidad, al final del libro, en vez de la bibliografía al uso, aparece una lista de Dramatis Personae - sí, en latín, como así la ha querido nombrar-, desde el compositor Morricone, pasando por el cineasta Fellini, e incluso Homero, Petrarca o Mary Shelley. se detallan en dicha lista los personajes que ha ido apareciendo en el libro.

Sombreros pillbox, el director Billy Wilder, y Mina. La famosa fiesta de Il Palio, en Siena,...Y ahí me atrapa, porque a mi las referencias en cualquier libro me enganchan.

Personajes que resucitan bajo la atenta mirada de Arturo San Agustín, entre historias que surgen de lo más profundo, como la vid lo hace de la tierra, no hay lugar para distracciones racionales. Las historias no cobran vida en el momento que se plasman sobre el papel, y es por eso que al escuchar las ajenas con atención, nos sobrevienen destellos que abren los cajones de nuestra memoria particular.
(Foto: Arturo San Agustín con Joan Manuel Serrat, autor del prólogo de Sapore di Sale)
                            
Independientemente de que las vivencias transcurran en Riomaggore, Italia, de comer un minestrone o de las canciones y artistas con nombre propio escogidas por el autor, Sapore di Sale consigue hacerle ese guiño de ojo al lector, susceptible de reconocerse en más de un instante, conversación y/o situaciones que transcurren a lo largo del libro.

Si a golpe de varita mágica uno cambia el escenario, las marcas de las bebidas y los rostros, nos topamos con nuestros propios recuerdos. Todos tenemos esa canción o melodía -seguramente varias- que suena de fondo en nuestras cabezas. O un brindis que dejó huella, y tantos momentos que nos conducen hacia el recogimiento y la introspección.

Y cómo no, esos minutos surgen en compañía. La amistad, como la felicidad, se compone de instantes que Arturo San Agustín ha bautizado con el nombre de los suyos propios.

Ahora solo queda que cada uno bauticemos los nuestros.


Saray Schaetzler, para Anika entre libros