LA CULPA ES DE OBAMA

La Columna

Esto es un sinvivir.

por Saray Schaetzler

¡Atención! Que ha llegado el recorte...

Despidos...¿temporales?.

Hoy leo en la prensa que salut definirá en otoño la cartera de servicios que atenderá la asistencia primaria.   No es buena forma de empezar el día, y para los que ya sufren estos recortes hace semanas suena poco menos que a chiste malo de gobernante idem.  A pesar de que desde la tumbona de estío -no confundir con hastío, que es lo que nosotros sentimos por ellos, o sea, por los de las tumbonas, léase gobernantes de vacaciones, que éste pais es grande, olé y mi padre es rejoneador, presume aquel.  Al final será la indignidad quien me obligue a hablar de nuevo alto y claro en los artículos de opinión.

Y nosotros que teníamos en el punto de mira al campo de la sanidad, como una de las posibles salidas a la precariedad laboral, ahora resulta que somos más agoreros que futurólogos.

Hace años conversaba con alguien que se empeñaba en alabar el dispendio de ésta, nuestra querida España, en cuestiones sociales, el campo sanitario, entre otros. Intenté hacerle entender que entrar en la Comunidad Europea no era cuestión de título, sino de estar a la altura de dicha barriada. Y que España no lo estaba, ya lo tenía yo claro mucho antes de mi regreso del pais teutón.

España y los españoles de a pie -entre los cuales me encuentro, y no obstante no me identifico ni al cincuenta por cien...- estaban empeñados en demostrar que la nuestra era la mejor sangría -por lo general aguada, para qué nos vamos a engañar, aunque seamos de a pie, digo yo- , y nuestras playas las que acumulaban más rayos de sol por metro cuadrado -amén de mierda playera: montañas de algas nauseabundas a la orilla del mar, colillas a tutiplén y loros a todo volumen amenizando la descomunal maña de las bandas de ladronzuelos-.

En fín, pecábamos de inocentes o de ese orgullo nacional sin parangón que a día de hoy nos sigue encumbrando como los typical spanish, que constituye aún el punto de mira de las series cómicas extranjeras.

Cuánta verdad escondía entre imagen e imagen aquella serie de películas protagonizadas por el famoso anti-galán de los setenta.

Un pais se inclina hacia el lado de la balanza en el que se encuentra la situación de la sanidad y la atención social, insistía yo. Pero no había manera. No le convencía tampoco a mi interlocutor ni la muestra de destinos turísticos de los que a mi sí me gustaría presumir en mi pais de origen, ni la educación sin más hacia el turista, amén del aspaviento por completo accesorio digno de quien no confia en lo suyo.

Estos días el desmembre de opiniones y cajones estancos crece en nivel proporcional a las medidas de recorte que adopta el gobierno:  seguimos sin saber defender lo nuestro, y lo que es peor, sin reconocerlo.  Aunque siempre podemos echarle la culpa de todo a Obama, que para eso se metió en política.

En fín. Esto es un sinvivir. 

© Saray Schaetzler, 2011