2 de mayo de 2012


Sombreros y barretinas  (Entrevista a Isabel Martí Castro, fundadora de la agencia literaria IMC), para Anika entre libros


© Foto: Isabel Martí, Iemecé


En la calle no se respira el ambiente navideño de otros años, ni siquiera acompaña al ánimo este tiempo bochornoso. Los escaparates cargados de bolas y espumillón de colores, y algún comerciante valiente incluso se atreve a dejar que algún altavoz casero nos recuerde, como cada año por estas fechas, que Belén no es nombre de chica, que es un portal, y que el catalán que se preste habrá de darle algunos palos a un tronco coronado con una barretina. 

Y hablando de tiaras.
Cuando María Reina me abre la puerta de la agencia me quedo dudando.  El cartel que en la puerta reza IMC aclara mi duda y observo de nuevo la tarta con velitas que lleva sobre la cabeza, un divertido sombrero que intenta decir sin palabras es mi cumple, es mi cumple, a juego con el ambiente de libros infantiles y el animado color rojo cereza del funcional recibidor. 

Isabel Martí me recibe enseguida y con una sonrisa de aquellas que se hacen acompañar de la mirada.   IMC, la agencia literaria fundada por ella hace ahora unos seis años cuenta entre sus filas con varios autores que han sido premiados este año, me recuerda: Santi Baró, con el Gran Angular; Jordi Sierra i Fabra –Premio Torrevieja 2011-, entre otros.  Además, coincide que es jornada de puertas abiertas en la agencia,  que celebrarán acompañadas de algunos de sus autores.


Entrevista--- 

Isabel, he observado en tu currículum que de siempre has tenido un contacto continuo con niños, porque tú empezaste como profesora, ¿verdad? 

Sí, comencé como profesora, después continué el trabajo dentro del mismo colegio como psicóloga, y luego en la cruz roja, también con niños y adolescentes en el departamento de psiquiatría, y después me llamaron para ver si podía hacer las guías de Teo y poder hacer algunos libros.  Empecé compaginando ambas cosas. Comencé con Teo y otros personajes, como El Guille que también fue un boom, porque se empezaban a utilizar los adhesivos  en aquel momento..  Y después a partir de aquí la editorial me pidió que iniciara un trabajo más fijo con ellos. Empecé haciendo un trabajo de asesoramiento pedagógico y después ya en la redacción. 

Vamos, todo rodado... 

Sí, todo, todo con niños. Si bien es cierto que en Ceac, además del tema infantil, llevaba todo lo que se pudiera relacionar con la mujer, y empecé a llevar todos los temas de manualidades, decoración... Hasta que nos compró Planeta, y fue cuando entré más en el mundo infantil y juvenil, sin dejar otras áreas de educación. 

Y el tema de la psicología, el tener una formación como ésta detrás ha sido el resorte que te ha acercado hacia el campo infantil en un momento dado, ¿o ha sido al contrario?

La verdad es que a mi me gusta mucho más -además de los niños- el mundo infantil, entendido como tal no solo el que corre con los niños sino también todo lo que tiene de infantil el mundo adulto; y después también me he derivado hacia la literatura adulta.  Realmente es un mundo apasionante, porque es un mundo de imaginación, de creatividad, es un mundo de aprendizaje, que me parece absolutamente precioso.
Cuando inicié mis estudios no supe si decantarme hacia la psicología o hacia el magisterio, pero aunque no lo pareciera antes también había crisis (se rie) y decidí empezar el magisterio para poder tener una carrera y empezar a trabajar.
Yo creo que estaba un poco pensando, si es que nunca pensé dedicarme a mundo editorial, eso sí que es cierto; fue una cosa que poco a poco fue deviniendo. 

Ya me has contestado pues a la pregunta que te íba a hacer sobre que fue lo que te llevó al mundo editorial.  Lo tuyo ha sido como... ir saltando sobre una línea hasta que de repente... ¡te ves metida en el mundo editorial! 

¡Sí, sí! Fue realmente a raiz de que me pidiesen colaborar con el tema de Teo – pedagógico acompaña al personaje de Teo y también para ayudarles a ver que otras posibilidades tenía el personaje que en aquel momento -y sigue todavía- siendo un  verdadero boom. 

Isabel, ¿qué has tenido que dejar -si es que has tenido que dejar algo en el camino- al meterte en el mundo editorial, quizá algo de todo aquello que hubieses hecho hasta entonces...

Mira, mientras estuve en el mundo editorial, como directora y como editora, no dejas nada de hecho, porque todo aquello que tú has aprendido, a nivel educativo y a nivel tipología de la infancia y del adolescente tú aquí lo pones igualmente en práctica;  el editor escoge los textos, tiene que tener en mente cuál es el público del mundo adulto, hacia dónde se dirige. Te diría que todos esos conocimientos no los dejé; la creación tampoco la dejé, me puse a escribir, y bien es cierto que ahora que soy agente literario  aquellos espacios me continúan llevando, pero el espacio de la creatividad  es el espacio que quiero dejar más de lado:  por el apoyo que quiero dar a los escritores, ... 

Cómo aplicas todo esto al mundo infantil, ya que hemos nombrado este mundo infantil, ¿cómo lo aplicas ahora en el mundo adulto, tú que tienes la posibilidad de hacerlo? 

Es curioso porque muchos de nuestros autores juveniles cuando entraron en la agencia una de sus ilusiones era entrar en el mundo adulto, y yo les insistía en que no tuvieran miedo, porque todo aquello que ya eran capaces de transmitir a un joven era mucho más difícil de transmitir a un adulto.   Tienen que saber a qué público se dirigen, y hacerlo igual, pero con una estructura, una historia que pueda llegar al público adulto. Creo que es como una continuación.  Los textos adultos pueden estar muy bien escritos pero como tengan imaginación, esa creatividad y esa historia fascinante a los editores no les interesa tanto... 

No engancha... No engancha quizá al niño que todos llevamos dentro... 

No..., es que la historia tiene que enganchar y –generalizando-, para esto los autores juveniles son los que tienen esta capacidad.  

¿Crees que en España es rentable dedicarse a la literatura infantil? 

(Risas) ¿Para el escritor? ¿para el agente? ¿para el editor?.  Para el escritor, el mundo infantil, no. Realmente los sueldos son muy bajos, por lo tanto es muy difícil que un escritor infantil pueda vivir de su literatura.  Normalmente lo compagina.  Es uno de nuestros objetivos, lo que intentamos hacer desde la agencia, que tengan la difusión necesaria para que puedan vivir de su profesión, que es tan importante como la de un  adulto.
A nivel juvenil ya pueden vivir un poco mejor, cinco si quieres, pero pueden vivir, compaginándolo por ejemplo con el mundo del asesoramiento a editoriales o a colegios o instituciones.  En el caso de la literatura adulta, sí, hay algunos que pueden hacerlo.
Al editor le es muy rentable en este momento fomentar la literatura infantil y juvenil, porque es una literatura que está mucho menos en crisis.  Y para el agente literario el mundo de literatura infantil no es un negocio, ya que el agente va a porcentaje según lo que cobre el autor o el ilustrador, por lo tanto no le es rentable.
¡Lo será! –afirma con énfasis al tiempo que lo rubrica apuntando al aire con el índice-. 

Cuéntame qué proyectos o qué sueños tienes todavía, a pesar de todo lo que has hecho y el camino recorrido.   Me imagino que ya tienes muchos más y que has abierto un amplio abanico que antes no tenías, seguramente.  Hacia dónde dirías que te diriges ahora... 

Uno de los sueños que es que la literatura infantil y juvenil en este pais tenga la importancia que realmente se merece.  
A nivel de literatura adulta tengo la ilusión de seguir descubriendo nuevos valores que hasta ahora la gente no ha apostado por ellos, y creemos que hay voces bestiales importantísimas, y en la agencia tenemos mucha ilusión en conseguirlo.
Y tenemos un nuevo camino en el que estamos trabajando fuerte,  gente que se está dedicando a la autoayuda, a la empresa, al márketing, a la ética.  Creemos que también tienen mucho qué decir... 

¿Debido a la crisis?¿A partir de ella?¿O era algo que tenías en mente y a partir de aquí piensas que quizá ha llegado el momento de introducirlo? 

Sí, a partir pero no siempre... 

Ya, era ya algo que tenías ... 

...algo que tenía en mente, sí.  Pienso que la gente tiene que leer, pero tiene leer narrativa porque es un proyecto y conoce nuevos mundos, pero también tiene que leer cosas que le tienen que llamar la atención; no podemos estar encerrados: no conocemos el marketing, ¡leamos sobre márketing!; no conocemos sobre lo que le pasa al mundo, ¡leamos sobre  lo que le pasa al mundo!. 

Cuando hablas de autoayuda, ¿tú crees que existe o puede existir una literatura de calidad en lo que a este género que es tan criticado por algunos sectores? 

Sí. Yo creo que en esta literatura tendríamos que diferenciar lo que sale de un personaje  mediático -sin desprestigiar en absoluto y sin ir en contra de- de la literatura que sale de aquel escritor que además es una persona o un personaje que sabe sobre este tema y que además quiere trasmitir a los demás todo aquel conocimiento que él tiene.  Y hay gente muy válida y que nos puede ayudar mucho. 

Me has comentado que tienes en mente... (me rio) a ver, pero a ti ...¿te da tiempo para escribir?! 

No, en estos momentos mi trabajo es más crear conceptos e ideas; miro lo que hay en el mercado y lo que se está haciendo en otros paises e intento aportar a las editoriales y a los autores ideas que ellos puedan desarrollar para hacer nuevos proyectos y presentar a las editoriales, pero crear en el sentido de escribir, no, no tengo tiempo.

Piensa que leemos todos los libros de la agencia. Jamás le doy a un editor un libro que no haya leido yo, asi que puedes imaginarte la cantidad de originales que me leo, y en eso dedico mucha parte de mi tiempo libre. 

Ya para terminar ya que estamos en navidades, ¿un deseo personal? 

¡Wow!¡Ostras es que...! – parece que Isabel Martí se siente a gusto dejando salir de repente y de vez en cuando a la niña que lleva dentro, en este caso al escuchar la palabra deseo-. 

Respecto al deseo, ¿crees que te puedes desmarcar respecto al mundo literario o va siempre enfocado al mundo literario? 

¡No, no!, (ahora le sonríen de nuevo los ojos) es justamente por eso que te íba a decir, como ya te he comentado, mis deseos en el mundo literario, ahora... ¡me querría desmarcar totalmente!.

Mi deseo es que la gente luche, sea fuerte, sea muy optimista, porque creo que con todo esto, todos y cada uno de nosotros podemos conseguir influir un poco en todos estos problemas y dificultades que tenemos.  Si nos dejamos hundir, si nos dejamos avasallar por todo el pesimismo y por toda la crisis que nos rodea creo que nos costará mucho más. Un  mensaje de optimismo total, y este optimismo que vaya a la paz, a las guerras, a la crisis, ¡a todo!.

 Me uno, yo también me uno a este deseo, Isabel.

 En este punto queda dicho casi nada, dado que es ahora precisamente cuando podría comenzar a tirar del hilo de esta madeja que me ha dejado con ganas de conversar con Isabel  Martí mucho más tiempo, y de compartir ese optimismo que sin duda transmite de forma serena.

Y ¡cómo no!, aún sin velas en la cabeza yo también me iré de celebración, cualquier excusa es buena y este encuentro ha tenido lugar justo el día anterior al famoso sorteo de navidad.

Mira que si...


Mis agradecimientos a Isabel Martí, y al personal de Iemecé por su acogida

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