¿NADA QUE PONERTE?
(¿Nada que ponerte?, 2012)
Nacho Montes
La esfera de
los libros
© La esfera de los libros, S.L.,
2012
1ª Edición, mayo
2012
Género y
tags: Mezcla de géneros, Ensayo sobre moda y tendencias, Libro ilustrado,
Relato de Ficción, El mundo de la moda, Protocolo social y Estilismo, literatura
española
ISBN: 9788499707303
258 Páginas
Argumento
La mujer y su eterno dilema a la hora de vestirse.
Abrir el armario se convierte en algunos casos en un suplicio, y Doña Clotilde,
con un estilismo que nos invitaría a pensar en Lady Gaga como la reina de la
elegancia es la muestra e hilo conductor con el que Nacho Montes (colaborador
habitual de programas televisivos como cronista social y de moda) construye un
libro con chispa que además de proveer de buenos consejos intercala nociones
básicas sobre este sector e ilustraciones expone además pinceladas históricas y
anécdotas sobre algunos personajes del mundo de la moda, sin olvidarse de
mencionar todo sobre complementos y prendas básicas.
Divertido, ameno, y de lectura ágil. Y humor, sobre todo.
La
lectura de "Nada que ponerte"
me trae a la memoria la manida frase heredada de generación en generación: si
no tuvieras tanta ropa seguro que no
tendrías ese dilema. Y lleva
razón la expresión, tan vigente como –por desgracia- los chistes malos, que en
tantas ocasiones hemos tenido que escuchar
a nuestras madres y abuelas.
Nacho
Montes nos recuerda que menos es más, que
un presupuesto reducido no está reñido con la elegancia, y que todo -o casi- se
basa en unas pequeñas reglas que el protocolo social promulga desde los años en
que la moda ha pasado a ser no ya símbolo de estatus, sino el modo principal con
el que expresamos nuestra individualidad.
Que
un atuendo no corresponde con el evento o con la ocasión es uno de los momentos
más bochornosos para quienes la imagen, y la primera impresión, hablan por sí solos.
El
autor no da lecciones de "fashionismo" al uso, ni nos impele a seguir
lo que se lleva porque sí, y eso me agrada, ya que soy de las que me tengo que
sentar sobre el bordillo de la acera cada vez que observo a una de esas
fashion-victims que no transmiten más que lo que lo haría un escaparate sin
gracia, sin ganas, sobre todo cuando no llevo gafas de sol.
Las
personas somos creativas, y en las estaciones del año, y dependiendo de la hora
del día o el evento tenemos un campo abonado para expandir toda nuestra imaginación
y dar rienda suelta a nuestra verdadera personalidad, ese sí que es un lujo que
pocos se atreven a permitirse, no nos olvidemos que la inventiva que aplicamos
en nuestro entorno nos mantiene enérgicos y por ende favorece que la sangre
fluya y renueve conductos que en algunos parecen perecer atrofiados bajo la
confusión de los imperativos y la dañina publicidad.
El
libro, aparte de ciertos consejos que convendría tener en cuenta respecto a la
parte del protocolo esencial en el que no debemos caer – ¿quién no ha sentido
vergüenza ajena al ver a un señor entrado en años desparramando su torso sobre
el mantel de cuadros en cualquier restaurante, pongamos mallorquín (sé de alguno cuyos propietarios
niegan la entrada a los turistas, con el consabido, lo siento, está completo, todo reservado, en donde jamás añoro las
gafas de sol).
Una
obra ligera y con un humor, que roza la acidez sin llegar a dañar el estómago
de los menos conservadores que incorpora, entre consejos y anécdotas, una
historia resumida del quién es quién en el mundo de la moda, desde sus
comienzos –adoro leer sobre la revolucionaria Coco Chanel- hasta diseñadores actuales
o que bien despuntan en este momento.
Recomendable
e ideal como lectura de verano, alegre y didáctica sobre el tema que ocupa, más
si alguien se ha quedado con la curiosidad de conocer el desenlace de la
historia de Doña Clotilde. A mi me ha atraído
de principio a fin y lo he leido con placer de un tirón.
Saray Schaetzler
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