24 de octubre de 2012

Philip Roth: "Si supiera cómo hacerlo, dejaría de escribir"

Philip Roth: "Si supiera cómo hacerlo, dejaría de escribir":
EFE
  • El casi octogenario autor habla de la agonía de su proceso creativo.
  • Tras su prolífica carrera literaria, 31 novelas, se esconde un novelista que en muchas ocasiones se ha planteado dejar de escribir.
  • Este 26 de octubre debería recoger el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, pero no podrá viajar a Oviedo por problemas de salud.
Philip Roth
A pocos meses de celebrar su ochenta cumpleaños, el escritor estadounidense Philip Roth no suelta la pluma que le ha valido el premio Príncipe de Asturias de las Letras 2012 pese a confesar que "si pudiera dejar de escribir lo haría".
"Tengo 79 años, si (escribir) es tan frustrante y difícil para mí, ¿qué me ha llevado a seguir haciéndolo?. Y la respuesta es muy tonta, es que no sé cómo parar. Si pudiera dejar de escribir lo haría, pero no sé cómo hacerlo", explica Roth en una entrevista en su apartamento en el barrio neoyorquino del Upper West Side.
Con una voz suave que esconde la feroz ironía que se desprende de sus novelas, esta leyenda viva de la literatura describe como una "agonía espontánea" su proceso creativo, que arranca con un primer año de trabajo "extremadamente difícil, extremadamente frustrante y poco satisfactorio".
Pero, no contento hasta que resuelve "los desafíos literarios" que se le presentan, Roth va hilando puntada a puntada esas primeras ideas impulsado por una "perseverancia" y un "afán de perfeccionismo" con los que va descubriendo un libro que al principio se antoja "turbio y nublado".

Eterno candidato al Nobel

Luchando contra ese proceso agónico, este eterno candidato al Nobel ha publicado ya 31 novelas en las que ha escudriñado con maestría el alma humana y que le han convertido en el máximo exponente de la herencia de la gran literatura estadounidense, en línea con Francis Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway o Saul Bellow.
Nacido en Newark (Nueva Jersey) el 19 de marzo de 1933 en el seno de una familia de origen judío emigrada de Ucrania, Roth publicó su primer libro, Adiós, Colón (1959), poco después de haber cumplido los 26 años, "por ambición, para ver si podía hacerlo y por un deseo de hacerlo tan bien como pudiera".
Desde entonces no ha podido dejar de ponerse a prueba a sí mismo escribiendo obras como Pastoral Americana (1997), con la que se llevó el premio Pulitzer y que precedería a Yo me casé con un comunista (2000) y La mancha humana (2001), que conformaron una laureada trilogía sobre la historia reciente de Estados Unidos.
Pero detrás de su prolífica carrera literaria, que cuenta con otros reconocidos títulos como La conjura contra América (2004), Indignación (2008) o su última obra, Némesis (2010), se esconde un novelista que en muchas ocasiones se ha planteado dejar de escribir.
"En los viejos tiempos ponía la mano sobre mi máquina de escribir y decía, '¿a dónde voy para dimitir, cómo renuncio?'. Pero no hay ningún sitio. Si hubiera una oficina en el centro de Nueva York donde los escritores pudieran ir a dimitir, habría una cola que le daría la vuelta a la manzana", asegura.

"Los lectores van a desaparecer, hay demasiadas pantallas"

La larga lista de premios que figura en su currículum, entre los que destacan el National Book y el Nacional de la Crítica, no le sirven de motivación para seguir escribiendo, pero sí para despertar "al niño que uno tiene dentro", porque "realzan su deleite por la sorpresa, el reconocimiento, la apreciación y un poquito de amor".
Y su niño interior celebra ya un nuevo galardón, el Príncipe de Asturias de las Letras 2012 con el que se convierte en el cuarto estadounidense en obtenerlo tras Arthur Miller (2002), Susan Sontag (2003) —que lo compartió con Faterna Mernissi— y Paul Auster (2006), aunque su alegría se ve empañada por partida doble.
Debido a una reciente operación de espalda no podrá viajar hasta Oviedo para participar en la ceremonia de entrega este 26 de octubre, y tampoco podrá compartirlo con su "querido amigo y colega", el también Príncipe de Asturias Carlos Fuentes, fallecido en mayo pasado.
"Los lectores van a desaparecer. Seguirá habiendo novelistas que seguirán escribiendo, pero serán leídos por menos y menos gente. Tiene que ser así, simplemente hay demasiadas pantallas", dice Roth.
Roth es el único escritor vivo cuya obra está siendo editada en su totalidad por The Library of America, uno de los mayores reconocimientos a que puede acceder un escritor en Estados Unidos.
"Dentro de cincuenta años, habrá la misma gente leyendo novelas en Estados Unidos que la que lee hoy en día en Estados Unidos poesía del Renacimiento en latín".
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