29 de noviembre de 2012

DIMES Y DIRETES


Este invierno no pasaremos frío.  A pesar de las bajas temperaturas y de la inminente ola de frío luciremos rubicundo rostro cargado de noticias catastróficas.

Que tire la primera piedra quien aún no tenga número en esta rifa: el que no sufra del pisotón en manos de tributos, IVA's, facturas e impagados se permitirá tal vez el lujo de gritar a voz  desde su ventana algo así como: sálvese quien pueda.  Los más realistas se anticipan, lo mismo que lo hace la que aquí suscribe, al golpe bajo que Hacienda (It) le asestará este año entrante, que para más INRI termina en una cifra ante la que nadie se hace cruces.  La suerte descansa en bolitas a las que algún desconocido (y "untado") mago echará sus polvos mágicos.  Polvos.  Mágicos.

 Ni trece eran los apóstoles ni los signos del zodíaco cuando yo estudiaba, apenas once los jugadores que de nuevo saltan sobre el verde cual niños de primaria convencidos de su superioridad.  Que se lo digan a los cientos de miles de seguidores que babean detrás de sus calzoncillos coloreados, imprimiendo la nota de desconcierto e incredulidad de los que al otro lado del campo de juego asistimos impávidos a tanta mediocridad y sinsustancia vergonzosa del que presumen (ellos, vosotros, tú, él, ella, ello) en este pais.  La incultura se paga, y aquí lo haremos en los próximos treinta o cuarenta años, eso sí en cómodos plazos, a costa de subida de impuestos conocidos y nuevos recargos.  Olé mi tierra.
Sin más dilación, les dejo con las noticias de la dos, la vergüenza de los directivos de la primera, las paradas de metro vacías y las redes sociales que revientan.

Hoy trabajo se escribe en rojo y con mayúsculas.  Papá Estado ha pasado a ser el ogro de la familia y la casa de los cerditos se hace más grande, y más grande, y por mucho que soplemos los deshonestos camuflados (ver sinónimos, que en este caso cuadran con lo descrito: guarrinos, cochinos, despreciables, indecentes, marranos, entre otras lindezas) acampan a sus anchas entre las líneas de los diarios.

 En un conocido hotel de primera, en Barcelona, esta mañana se decidieron miles de individuos a correr suerte y sacar (de nuevo) número con la intención de hacerle un guiño al azar.  ¿Cuántos de ellos serán llamados a cruzar los mares en busca de la tierra prometida? Enfermeras, ingenieros, soldadores y algún cabeza loca que aún no se entera que el futuro no está en Nueva Zelanda, ni en Australia, que esa moda pasó hace más de veinte años, que se cruzará en todo caso con los que huyeron entonces.  Hoy la marca no es España, la marca es China, así que les apremio a quienes aún están dudando que se pongan al día en materia de idioma, cultura y hábitos, los tres pilares de estos monstruos de la cocina (¿a qué fin, si no, se abren cada día más restaurantes tipo Familia Feliz, Rollito Jaja, El Perro Fiel,…?). No se escandalicen si a partir de este momento las antaño llamadas tiendas de a cien se convierten en escuelas de idiomas promocionando el exquisito idioma y sus derivados.
Les auguro que llegan  buenos tiempos:

Trabajo:                            jornadas de 18 horas (rotativas en colchón a compartir)
Casa gratis (casi):            el colchón (calentito)
Ocio:                                 el eskupitajo indefinido (ya arrasa en ciertos barrios)
Cultura:                             trabajo

Pues eso les decía al principio.  ¿Les sube, o no les sube la temperatura?  

 

S.S. (De Dimes y diretes, Olé mi tierra)

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