5 de marzo de 2014

RESEÑA - CABARET POMPEYA, de Andreu Martin

CABARET POMPEYA
(Cabaret Pompeya, 2012)
Andreu Martí

Alevosía Libros
© Ediciones Siruela, 2012
1ª Edición, 2012
Género y tags: Novela negra, Novela policíaca, Barcelona sindicalista, sindicatos y asociaciones políticas, Guerra Civil en Barcelona, política y sociedad de posguerra, pistoleros S.XX, Literatura catalana, Literatura española.
ISBN: 9788415608097
625 Páginas

Argumento
Cada día nos sorprenden con nuevos datos que nos acercan un poco más al ambiente real de una época convulsa de este país.
Nuestra historia reciente se alimenta del entretejido de miles de relatos anónimos, cuentos que nunca nos parecen suficientes para abarcar este periodo en el que concretamente en Barcelona, surgieron los pistoleros.
Esta novela conforma la base de una crónica, o testimonio negro de esa sociedad, salpicado de pinceladas rosáceas y situaciones en las que el carmín de los labios no se correspondía con la incredulidad ni el descreimiento de sus portadoras, desengañadas desde su adolescencia y primera juventud.

Unos personajes que se quedan enganchados en el lector desde el principio hasta el final;  unas imágenes que no abandonan al mismo tras la lectura.
Saber, conocer nuestra historia desde todos los ángulos allana el camino que se abre ante nosotros, espectadores atemporales. 
Hablar de pistoleros no es inventar, sino testimoniar lo que ocurría en un país que no sabía muy bien de qué lado estaba y buscaba la paz disparando con balas de verdad.

Un referente futuro en varios apartados de la literatura.


¿Es esta una novela negra?, me pregunté cuando llevaba una tercera parte de la lectura avanzada.  
Acostumbrada al género en su forma ortodoxa, con su policía o detective que encuentro parapetado entre sobornos, historias corruptas, muertos por error, por omisión o con alevosía, y otras lindeces que rozan lo más miserable del ser humano, me rondaba la duda existencial del género dentro del cual podría clasificar esta obra que ya me estaba enganchando, y a la que sin duda, pensé, le encontraré pronto su punto débil; más de quinientas páginas, seguro que hay paja dentro del granero, me tranquilicé.

No es esta por tanto una novela negra al típico estilo (o estilos) a los que estamos acostumbrados.  Hay muertos, sí, y muchos, demasiados, si tenemos en cuenta los motivos y las circunstancias que desencadenan esas muertes. 
¿Muertes o asesinatos? Porque si hablamos de España, y en concreto de Barcelona, y nos remitimos a la época convulsa de los años anteriores a la Guerra Civil me temo que se empiezan a remover los hilos de la memoria, la que duele.  No temáis, no es una crónica sobre los buenos y los malos ni pretende, dentro de su rigurosidad y respetando los sucesos que acontecieron en la realidad, tanto como los personajes con nombres y apellidos, cuestionar los sucesos desde un bando u otro.  Al darse esta equidad  considero que una vez abramos la mente –además del libro- podemos disfrutar y cómo no, juzgar, pero ya desde la objetividad de entender que ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos.

Tenemos delante sin duda una obra de referente, en lo que respecta a su calidad literaria, como a la construcción de una historia que novela los sucesos que acontecieron durante las décadas que parece más irritan a este país cuando se revuelven las cenizas.  Las yescas del contexto bélico permanecen a recaudo en "Cabaret Pompeya", pero no así el antes y el después.
El lector comprueba entusiasta cómo crecen los personajes, como se transforman mientras acampan a sus anchas entre las casi seiscientas páginas de la novela.  ¿Extensa?, sin duda;  ¿pesada?, en absoluto.  Es más, puedo asegurar que es una de esas obras de las que guardamos un recuerdo claro una vez llegamos al punto final, a la vez que está dotada de un imán que nos hace querer saber cómo continúa, cuál es el desenlace.

La trama, ya lo he comentado,  novela un tiempo histórico concreto y está bien atada por el macromundo de relatos, de voces narrativas y de personajes entrecruzados que convergen en el tomo.

Así, para mi ha perdido importancia el hecho de clasificarla como novela a secas o incluirla dentro del género negro, pues el atractivo de la misma hace que la duda pase a un segundo o tercer plano.

Muy recomendable, especialmente para los que vivieron o están interesados en el contexto histórico que se narra.


Saray Schaetzler, para Anika entre libros

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