Sobre la firmeza del
sabio. Sobre el ocio. Sobre la tranquilidad del alma. Sobre la brevedad
de la vida.
Alianza Editorial
Colección: El libro de bolsillo (Clásicos
de Grecia y Roma)
© Introducción, traducción, y
notas, Fernando Navarro Antolín, 2010
© Alianza Editorial, S.A., 2010, 2014
1ª Edición: 2010
2ª Edición: 2014
ISBN: 9788420688473
Tapa blanda bolsillo
GÉNERO principal: Filosofía
Etiquetas- tags: Filosofía
clásica, Tratados sobre ética, filósofos clásicos, pensamiento estoico, Séneca,
política y filosofía clásicos, el ocio y la vida contemplativa, la tranquilidad
del alma, la firmeza del sabio, psicología clásica, literatura clásica, literatura
española.
Páginas: 342
Argumento:
En este volumen se recoge una
muestra del pensamiento estoico a través de las palabras del filósofo Séneca. Dividido
en cuatro apartados: Sobre la firmeza del sabio. Sobre elogio. Sobre la tranquilidad del alma.
Sobre la brevedad de la vida, pertenecientes al legado de los diez Tratados de
ética que se le conocen.
De la mano de uno de los
cordobeses más conocidos, el filósofo Séneca, recorremos el pensamiento estoico
adentrándonos en sus ideas y diálogos, teniendo en cuenta que fue este mismo
autor responsable de que hubiera un antes y un después en lo que respecta al
significado el estoicismo, llegando a matizar algunos de sus dogmas,
insalvables hasta ese momento.
Un legado que supera en sabiduría
a cualquier manual psicológico actual.
Opinión:
El autor, como tantos de los
clásicos, tiene en su haber una historia personal que ya por sí misma
conformaría una novela en la que no falta el misterio, las traiciones, y su
propio suicidio, inducido por terceros. Para no desmerecer su notoriedad,
anoten el nombre de algunos personajes con los que se cruzó en su vida: Claudio,
Nerón o Calígula, entre otros, lo que en la actualidad sería como tratar con
las altas esferas del poder.
No callarse a tiempo y hacer
acopio de valor para decir lo que se piensa –y que no coincida con lo que
quiere escuchar la mayoría, sea o no cierto- no es actualmente motivo de
exilio, sino que acaso hoy se ataca y traduce en relegar al individuo al ostracismo,
en sus diferentes versiones –virtual, social, mediático o académico-. En tiempos de Séneca el exilio forzado era lo
más habitual que se sacaban de debajo de la manga para deshacerse de los que
cuestionaban o criticaban abiertamente al poder, y así, como tantos otros
filósofos, lo sufrió durante un tiempo.
“Sobre la firmeza del sabio”
enumera en cierto momento cómo debe de ser la casa del sabio, según su punto de
vista –pequeña, sin lujo, sin etiqueta, sin porteros sobornables que vigilen
con desgana-, debido a que en ella no tiene cabida la fortuna, así cómo debe
comportarse respecto a su linaje –soportando las afrentas, los insultos y
ultrajes- defendiéndolo sin derrumbarse, siendo un hombre con mayúsculas, ya
que él ya tiene el éxito de algún modo, al no verse influido por esa Fortuna.
En “Sobre el ocio” trata sobre la
vida contemplativa, que está bien vista por los estoicos, argumentando que es
útil para la humanidad, ya que no obvia en su práctica que se dejen de lado las
virtudes, pues cuidándose a uno mismo –continúa- puede redundar en un futuro en
el bien del prójimo. Así comprobamos que
no es nueva la idea de que si uno no se cuida primero a sí mismo no es posible
ser útil al otro, y de ahí, a la sociedad.
Argumenta que destrozamos la vida
cuando nos sumergimos en una variedad de proyectos que no nos llevan más que a
los vicios comunes, ya que nuestro criterio es más bien ligero, y salta así de
un vicio a otro, simultaneando deseo y arrepentimiento. Por separado, argumenta, seremos mejores. Y
después pasemos a la acción.
“Sobre la tranquilidad del alma”
trata del consejo que le da a Sereno, sobre cómo tratar la enfermedad del
desasosiego. En realidad, el autor se desdobla en ambos personajes para dar a
entender el porqué de las fluctuaciones del alma, enseñando en resumen a
relativizar y aconsejando la interiorización, pues ¿a quién no le ha sucedido
algo parecido en un momento de su vida? Sugiere
tanto cultivarse a uno mismo, como no tener en cuenta lo ajeno, ni sus
opiniones; serenidad, ante lo bueno y lo
malo; compromiso con lo colectivo y
aceptar la adversidad.
Ni el mejor psicólogo actual.
Y llegamos a “Sobre la brevedad
de la vida”, en donde nos rompe una vez más los esquemas, opinando que no es la
vida quien es breve, sino que son demasiadas las cosas que tenemos que aprender
durante la misma y que nos exigen todo el empeño posible, y simultáneamente
insiste en que perdemos mucho de ese tiempo, ya sea discutiendo o fijándonos en
otros, en vez de a nosotros mismos.
Este señor parece que nos esté
mirando por un agujerito.
Una obra amena para una lectura
calmada y que sin duda enriquece el espíritu, y que además nos contesta a la
pregunta de por qué leer a los clásicos, pues pocas ideas originales
encontraremos en los manuales modernos que no hayamos leído antes en páginas
como las que hoy tratamos.