30 de diciembre de 2016

RESEÑAS - VIRUS. Un relato sobre el peligro de los rumores en las organizaciones, de Ferran Ramon-Cortes

Virus. UN relato sobre el peligro de los rumores en las organizaciones.
Autor: Ferran Ramon-Cortés
 
Ediciones RBA - Colección Nueva empresa
1ª Edición: 2007
Páginas: 142
 
Novela de ficción, Virus , pandemias, cotilleos, mobbing laboral, organizaciones, empresas, vacunas, rumores, Ferran Ramon-Cortés, Literatura española sXX,
 
En el complejo hotelero de Caneel Bay, en la pequeña isla caribeña de Saint John, ha habido un brote de una extraña epidemia que ha causado dos bajas y amenaza con infectar a todos los turistas de este paraíso turístico. La descripción de los acontecimientos aparecidos en los periódicos sirve a Ferran como punto de referencia para ayudar a su amigo Alberto a entender qué está pasando en su empresa. Como en Saint John, él también padece un grave problema: una epidemia de rumores amenaza con desestabilizar a toda la empresa. Alberto tendrá que descubrir las causas de su particular epidemia, recuperar el clima de confi anza entre la gente y conseguir una “vacuna” que los proteja de las infecciones por rumores.
A través de esta ficción, Virus explora el peligro de los rumores que «infectan» la comunicación y desestabilizan las organizaciones. Propone una particular «vacuna»: 8 acciones que podemos llevar a cabo todos en nuestros respectivos entornos para conseguir una buena comunicación e inmunizarnos contra los rumores.
(Resumen de editorial)
 
Una buena compañía durante el viaje en avión o tren que dará rienda suelta al sueño más placentero es este buen ejemplo de la similitud entre el microbio, y los cotilleos que pueden dañar la imagen de una empresa.
He echado de menos el enfoque de cómo viven estas situaciones los empleados, por ejemplo, y que no se haya centrado un poco más en las penurias cotidianas que sufren esas personas con nombres y apellidos dentro de esas organizaciones, empresas dirigidas por alguien a su vez con nombre y apellidos que no aparecen ni se exponen a la vista ni en la fiesta navideña, y que en la mayoría de casos ni siquiera son físicamente reconocidos por sus trabajadores, tal es el grado de despersonalización de esos entes de ingentes dimensiones y una estructura piramidal que a pesar de presumir de lo contrario, suele ser evidente en cuanto se empieza a hurgar en el producto engañoso que pretenden mostrar al mundo.
Grandes o pequeñas, obviando la medida de estos lugares en donde algunos pasan la mayor parte de su vidas, que nadie se llame a engaño esperando una solución mágica a uno de los males de la sociedad actual,  ya que ni la vacuna más milagrosa lograría extirpar a estas alturas el mal de la individualidad, el ego recalcitrante y el simple desprecio por todo lo que no encumbre la propia imagen, amén del miedo que encadena a los pocos que aún son conscientes.
Si alguien se atreve a ser más positivo es que no ha salido de su zona de confort, otro tema que da para disertaciones que harán tambalear los cimientos de la psicología ortodoxa, no preparada para tanto adelanto y cambio social.
 

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