29 de enero de 2017

A FAVOR Y EN CONTRA - CIENCIA ORTODOXA CONTRA SALUD ALTERNATIVA

Tras varios meses en los que he centrado gran parte de mi tiempo en la investigación, ahondado en las profundas aguas de la ciencia, o debería decir las ciencias, la ortodoxa y la alternativa, me he hecho eco de una amplia bibliografía que me gustaría ir compartiendo en este blog durante las próximas semanas.
Desde los juicios más demoledores ante cuestiones científicas (presuntamente) de muchos individuos que cada vez más cuestionan obsolescencia de pensamientos, y lo que es más grave, teorías de las que la ciencia hace bandera pero que JAMÁS nadie ha conseguido un estudio veraz sobre las mismas, como sucede con la enfermedad del sida o VIH, hasta defensores a ultranza de versiones abanderadas por grandes plataformas empresariales en las que convergen, oh, qué sorpresa, industria farmacéutica, empresarios globalizadores y gran parte de intereses fundados en la Biopolítica, término acuñado por Foucault que se pone de moda para dar visibilidad al poder que gobiernos de todo el mundo están administrando a los ciudadanos por medio de técnicas que persiguen dominar su comportamiento, así como su cuerpo. ¿De qué estamos hablando? Vigilancia, control del rendimiento, poder sobre la muerte o cómo vivir. Casi nada.


Pero mientras estos gobiernos se empeñan en dirigir a las masas hacia una alineación de lo más exitosa, parece que les crecen los enanos, a modo de asociaciones, pequeños grupos de investigadores y científicos que han decidido colgar títulos y batas blancas en favor a un ideal basado en la honestidad y el bien común.
Un mundo en donde las palabras neurociencia, biogenética, cáncer, vacunas, medicamentos van más allá de una sintaxis correcta, dedicando su pasión y tiempo para dar a conocer las mentiras que nos han rodeado durante décadas y poniendo luz sobre aspectos fundamentales que nos están vedados a los ciudadanos de a pie, para que sea este mismo resplandor el que defina la forma en que los habitantes actuales de este planeta decidimos vivir (y morir).
No nos olvidemos que información es poder, y tener cierta información acotada o incluso prohibida, como ocurre y lo sabemos, en países, no tan solo tercermundistas, es otro modo de instaurar gobiernos cuya dirección se ocupa de decidir sobre lo más inherente a nuestra condición de mortales.  Los habitantes de estos primeros mundos, podría decirse que somos los más inocentes, pues aún teniendo acceso a esa información somos los que más dinero gastamos en medicinas, en remedios falsos, en todo lo que los televisores (oh, dioses omnipotentes) me quieran vender. A pesar de tanta listeza, estamos enfermos, inventando enfermedades para sacar al mercado una nueva cápsula milagrosa; deseamos vivir más, pero no nos ocupamos de la calidad de vida, estamos tristes, depresivos y nos conformamos porque "esto es lo que hay".  Faltan despertadores que actúen de agitador mental para nuestra mediocre presencia.  Viajamos al fin del mundo y no conocemos el proceso de la digestión que se origina cada día en nuestro cuerpo.  Incoherencia e incapacidad para relacionarnos. ¿Es esto lo que esperábamos con la globalización? ¿O es que solo unos pocos entendían hacia dónde caminábamos?
Contamos con internet, redes sociales a favor de los más curiosos, grupos de estudio, asociaciones sin ánimo de lucro.
Ustedes lean, busquen, investiguen, no se crean nada ni a nadie, sean dueños de este poder, y luego decidan por sí mismos. Que la fuerza les acompañe.

© 2017 M.A.G.

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