La llegada del frío me pide colores neutros, pero mi rebeldía se permite la licencia de salpicar con fantasía verde pistacho esta envolvente manta literaria. Ande yo caliente.
Y entre dicho y dicho, me recuerdan el tema electoral del día. Me muestro impasible por dentro y por fuera, impávida ante la lluvia ácida de tanta papeleta.
Este año he decidido preocuparme menos por las elecciones y más por mis pasiones, que son las que me ofrecen algo que perdura: lectura, escritura, chafardeo telefónico con risas, un café con galletas, Urgencias versión americana, la voz insistente de una sobrina ("tero la bisi") para ir en triciclo a la compra, o la paciencia que brota de modo natural cuando estos mini-proyectos se empeñan en jugar a ser adultos.
Que linda!
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