Hay noticias que consternan y la dejan a una con el alma preguntona y la sensación de haberse perdido algún capítulo de la única serie a la que presta atención, esto es, la de su propia vida.
Leo el mail que Ramona nos envía puntualmente a sus agregados. Ramona Pérez es una de las libreras más comprometida que conozco con la cultura, los clientes y el medio en que se mueve, esa rueda caprichosa que gira entre las vanidades de unos, golpes de éxito, talonarios dispuestos a cubrir la ineficacia y el grandioso esfuerzo de muchos otros que conforman el mundo literario. .
El correo informativo de Ramona se ha convertido en el sustituto de sus recomendaciones desde hace ya tres años, cuando embarqué con diez cajas de libros hacia tierra firme. A falta de la presencia física de esta mujer, de apariencia calmada y discurso amable, ojeras que encierran una mente despierta y muchas horas de lectura, elegante hasta cuando come sobre la mesa en la que trabaja, y falta de toda la vanidad -pocas personas conozco a las que se lo permitiría sin juzgar-, he devorado sus admoniciones literarias a través de la correspondencia depositada en mi buzón virtual.
Visitar a Ramona es tan entrañable como ver una película en medio de una tarde invernal, que te enreda con su no se qué y a los cinco minutos te tiene sentada en el sofá rococó que preside el pequeño pero bien nutrido espacio de esta libería; taza de café en la mano e inmersa en una charla de aquellas que crean lazos de fraternidad cultural. Hay pocas tardes en que los recuerdos se conviertan en algo memorable, y L'Àgora ha sido un lujo en ese aspecto para sus clientes.
El clima de sus tertulias y presentaciones han contribuido a hacer de este pequeño lugar un centro cultural que, si otra nueva crisis no se inventa, seguirá manteniendo a sus antiguos amigos-clientes rodeando cualquier espacio o proyecto que se proponga.
La noticia del cierre de L'Àgora me ha escandalizado mucho más que el ojo amoratado del monarca, lo sepan.
Esto es un sinvivir.
por Saray Schaetzler
Hola Saray, creo que todos los que conocemos a Ramona firmamos estas palabras tuyas como nuestras. La has definido con exactitud. Doy vueltas a la cabeza hasta que me duele. Tiene que haber una forma de que Agora sobreviva.
ResponderEliminarBesucos.