Los gnomos del desván me transmiten que, debido a imperativos de carácter legal, durante los próximos dos días no van a pegar golpe sustancial en este lugar.
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La propietaria en usufructo -de los gnomos- se encuentra cambiando el año, trabajo pesado y no obstante muy esperado durante varias semanas.
Tarea agotadora que no se termina aquí, el primero del viniente comenzamos a construir, y aún nadie sabe la dirección que tomará cada nuevo proyecto; jamás nos cuentan las carreteras de la vida hacia dónde van. A los amantes del misterio, de las penumbras y las medias -y los medios, sobre todo si son caminos, y más empero, si son transitables-, nos fascinan las voces fantasmales, impersonales, que nos susurran al oido aquello de levántate y anda.
Tarea agotadora que no se termina aquí, el primero del viniente comenzamos a construir, y aún nadie sabe la dirección que tomará cada nuevo proyecto; jamás nos cuentan las carreteras de la vida hacia dónde van. A los amantes del misterio, de las penumbras y las medias -y los medios, sobre todo si son caminos, y más empero, si son transitables-, nos fascinan las voces fantasmales, impersonales, que nos susurran al oido aquello de levántate y anda.
Los Lázaros de mundo no respiran a causa de milagros, sino porque creen en ellos.
Pásenme un clavo y un madero, que les contruyo un puente hacia el próximo desván.
S.S. (off-line)
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