Este libro no pretende decirle al lector lo que debe comprar o no. Nada más lejos de su objetivo. Lo que se persigue es contar al consumidor lo que dice la ciencia sobre la efectividad de famosos productos para que, con toda la información en la mano, pueda decidir qué opción elegir entre las muchas que ofrece el mercado. En este libro no solo se pone de manifiesto la verdad que esconden famosos productos alimentarios y cosméticos pertenecientes a las principales multinacionales, sino que ofrece propuestas de mejora, iniciativas que deben aplicar diferentes colectivos públicos y privados, para que el ciudadano, cuando vaya a los puntos de venta y centros comerciales, pueda estar seguro de que no le engañan (Casa del Libro).
Añado a la sinopsis el grado de susceptibilidad que me produce leer la aversión que el autor parece detentar hacia las personas que se preocupan en exceso (según él) por su salud, los que ahora tachan de un nombre que trata de desdeñar esta preocupación por la toxicidad de los alimentos y los engaños a los que nos vemos sometidos por medio de la industria alimentaria, cada vez más conocidos y señalados por la opinión pública.
El trabajo es bueno, no lo niego, como investigación de varios productos dentro de la industria alimentaria y cosmética, y está explicado de un modo sencillo al alcance de la mayoría de lectores, pero los ataques aparentemente inofensivos contra detractores de los añadidos (me refiero a conservantes, colorantes, y otros productos cumplidamente innecesarios) piden que sigamos informándonos con todas las herramientas que vamos conociendo. A mi se me queda corto.
La información, ahora lo sabemos y no nos conformamos con menos, es poder. Les animo a que sigan investigando y no se dejen impresionar por trabajos o publicaciones que no les terminen de convencer o vayan contra sus propias opiniones.
M.A.G.
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