CINE - Asalto en Wall Street

Cuando vi esta película pensé que me encontraría con una trama pesada y la temática pertinente de cachorrillos que se mueven en las esferas de poder.  Nada más lejos de la realidad, Asalto a Wall Street puede resultar dura en varios momentos, por lo que no recomiendo verla en el caso de que sea uno de los perjudicados por la crisis mundial que azota a este planeta -tan verde, pero tan plagado de miserables-, pues puede que llegue a identificarse con la historia, a saber, trabajador honesto con esposa enferma de cáncer comienza a tener problemas para afrontar los pagos de las sesiones y medicinas que la enfermedad requieren.  Para más inri, pierde de golpe todos sus ahorros, ya sabemos en dónde los tenía invertidos.  Y a partir de ahí, los despropósitos sobre los que tantas veces leemos y seguimos sin atender:  hipoteca, banco que no acepta la dación en pago, abogados usureros, y búscate la vida macarena.

La historia del comienzo de todo, en el año 2007, en un pais desarrollado llamado EEUU.

No apto para cardíacos ni para personas socialmente implicadas o empáticas, se os revolverán las tripas al ver tanta injusticia, llamémosla realidad.  Mientras tanto, los ricos, más ricos, ajenos a la gran bola de mierda que han creado, que crece y crece cada vez más, mientras las personas de a pie, muchos trabajadores y gente de clase media, ven hundirse toda una vida en cuestión de semanas.

Duele.  No tanto por ciertas escenas predecibles de las que no hablaré ahora, sino al comprobar cómo la mayoría, a día de hoy, respiran hondo y miran hacia otro lado, ajenos a la desgracia del vecino.