Josep Brangulí Soler fue un personaje de esos que parecen no molestar, hasta que uno se hace eco de su trabajo como fotoperiodista y comprueba que el silencio y la distancia emocional no son sinónimos de simplicidad.
El pasado 7 de junio tuvo lugar la inauguración de la exposición antológica de Brangulí 1909-1945, testimonio de la sociedad y de una época determinante para la historia de nuestro pais.
Se han dejado ver unas 300 imágenes, la mayoría de las cuales fueron rescatadas en el año 1992 por la Generalitat para pasar a engrosar las arcas del Arxiu Nacional de Catalunya. Aquel año estábamos de enhorabuena; y de rebote nos tocó una de las Olimpiadas más nombradas en la historia de las idem desde aquella de Atenas
Una cuestión de orgullo e interés económico familiar que espero al menos sirviera para hacer de éstas unas imágenes “viajadas”, además de componer varias temáticas según la personal distribución de su autor: desde la cuestión social más mundanal a imágenes congeladas de la guerra y pos-guerra; la Fira de Barcelona,...
La mayoría de críticos destacan los reportajes de la Semana Trágica (1909) , pero creo que toda la exposición es un cúmulo de imágenes en blanco y negro que parecen salidas del mismísimo centro de Ginebra en periodo de guerra fría: miradas neutras que parecen salir del objetivo sin lucir el alma que les dio vida.
Arriba, izda.: Verbena S. Juan 1923. Abajo, dcha.: Eduardo Dato, Galletas La Gloria, Badalona 1915.Suicidio en la Banca Arnús , 1934 |
Jaime Aiguada, alcalde de Barcelona, con Jaume Serra y Hunter y Pere Comas visitan uno de los tres colegios incautados a los Padres Jesuitas (1932)
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Fiesta de las Modistas, 1929
Tumbas profanadas de las monjas salesianas, expuestas en el convento de San Juan, Julio 1936 |
Pza. San Jaume |
Y quizás sea esa misma la mirada con la que Brangulí quiso que cada observador fuera hoy testigo durante los meses en los que la exposición estará abierta al público en el CCCB.
H. Himmel |
Un autor que no se implica y deja en nuestras manos el oficio de traducir las imágenes y dotarlas de algún sentido. Tantos como miradas.
Decididamente no es el más explosivo ni el más efectista, pero tampoco creo que lo pretendiera. Un fotoperiodista que se deja llevar por un objetivo caprichoso que no se estremece ante la muerte ni se modera ante el peligro.
Lo que es, es.
Saray Schaetzler
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