FREE LANCE. Tras la pista de Hoffel
(Free Lance. Tras la pista de Hoffel, 2011)
Daniel Hernández Chambers
Editorial Versátil, S.L.
Colección: Juvenil
© Daniel Hernández Chambers, 2011
© Ediciones Versátil, S.L., 2011
1ª Edición: Mayo 2011
Género: LIJ (+9 ) - Novela corta – Ficción – Suspense –
- Detectives – Nazismo - Literatura Juvenil
ISBN: 9788492929429
182 Páginas
Argumento
El joven Nicolás sueña con trabajar como periodista. La oportunidad le surge cuando consigue una entrevista con el Sr. Ramírez, director del El Correo Matinal, gracias a la amistad que le une con el padre del muchacho.
La única condición que le pondrá el editor para que el chico vea su nombre editado en un artículo del periódico local, es que trabaje como Free Lance, o lo que es lo mismo, como corresponsal libre, sin cobrar un sueldo ni tener un puesto fijo, y siempre que la crónica esté a la altura .
Tras varias ideas que no terminan de convencerle, y de la forma más inesperada, Nicolás dará finalmente con el que será el artículo que con seguridad impactará tanto al Sr. Ramírez, como al resto de la comunidad.
Su primer paso para introducirse en la profesión que adora le llevará a vivir una aventura en la que descubrirá algunos secretos que quizá no le agraden demasiado.
Opinión
En ocasiones buscamos la respuesta más original, y ésta no aparece hasta el momento en que uno deja las expectativas poco probables de lado para sumergirse en lo que le rodea.
Suele suceder que en donde uno menos lo piensa aparece la respuesta que buscábamos. Y como diría algún agorero, no busques, porque podrías encontrar.
Nicolás es el personaje central de esta novela. Un personaje joven en edad –no me ha quedado clara, porque en un par de ocasiones se desdice-, pero que ya posee una pasión concreta por el mundo periodístico. Ello le motiva para trabajar como Free-lance, con la condición de que en vez de una remuneración fija tendrá la suerte de ver publicado algún artículo como único pago a su trabajo.
Algunos jóvenes se pueden ver reflejados en esta actitud de trabajo motivacional, lo que creo que ya es un punto a favor de una novela juvenil, en donde detrás de las consabidas aventuras e historias de estos jóvenes se encuentra el motor de su capacidad para el trabajo bien hecho, las inquietudes personales, y las ideas claras de lo que uno quiere hacer.
Al principio de la novela no se aprecia a simple vista el vuelco que dará la historia, aunque se empieza a intuir cierto halo de peligro. Juventudes Hitlerianas, SS.
Surgen nombres reales y tristemente conocidos, como el de Heinrich Himmler, colaborador cercano de esa figura abominable para la humanidad que fue Adolf Hitler, y otros, como Wilhelm Hoffel, que es el nombre que además de ofrecer título a esta novela, se convierte en el personaje más buscado por varios de los protagonistas, y al mismo tiempo, el que nadie espera encontrar, sobre todo cuando el pasado no es tan delicado ni guarda relación con un presente en donde parece que hayamos olvidado que la historia nunca se termina de contar del todo, siempre que queden testigos que puedan dejar constancia de ello.
La trama se sostiene introduciendo con nomenclaturas germanas y nombres propios relacionados con el ejército nazi, que nos señalan la dirección hacia la que se dirigió una guerra en donde las atrocidades cometidas aún resbalan de entre los agujeros de la memoria.
El joven reportero descubre algunas fotos y documentos por casualidad, y sabe que su artículo solo saldrá a la luz descubriendo quién se esconde tras la detención un tal Hoffer, nazi criminal. La investigación se presenta en el momento adecuado. El resorte, su pasión por la labor periodística.
Se introduce también la figura amable del amigo enfermo de cáncer, lo que construye la personalidad del protagonista que antes comentaba. Uno de esos jóvenes que destacaría hoy en día sobresaliendo muy por encima de la media de su generación, tanto en lo relativo a las aspiraciones personales, como a los valores que muestra hacia conceptos como la amistad, el trabajo, el compromiso con uno mismo y con los demás.
Hay un único punto que me chirría en esta novela, y es el momento en que el anciano Sr. Timothy Richardson consigue saltarse los controles en el aeropuerto de Edimburgo para introducir posteriormente en nuestro pais un arma que, supuestamente lleva escondida entre el equipaje, y para más desconcierto, un cargador ¡con seis balas!.
Ya que se nombra a Edimburgo, no podía faltar la alusión a fantasmas, que en este caso lo sitúa en Liter, un palacio encantado que, según nos cuenta el narrador, fue ocupado por los nazis al llegar la segunda Guerra Mundial.
El final tampoco queda claro. No hay una investigación profunda a pesar de la seriedad del tema. El “malo” se vuelve a esconder, y el Sr. Richardson vuelve a Edimburgo. Ninguna referencia a lo que ocurre tras la publicación de un artículo de tal envergadura. Son estas partes las que dejan de hacer la historia creíble.
Pero me ha entretenido, y la construcción en tres partes, con la introducción de personajes extranjeros que se relacionan de pronto con sucesos de antaño es original.
Para ser su primer caso de investigación a la hora de escribir un artículo, supongo que al personaje le quedarán secuelas con las que quizá el escritor profundice en algunos personajes más adelante, en una entrega posterior.
por Saray Schaetzler, para Anika entre libros
Con mi agradecimiento a Editorial Versátil
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