Memoria de sangre
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Memoria de sangre (Memòria de sang, 2014) |
Enric Calpena
Ediciones B
Colección: Histórica
© Enric Calpena, 2014
© Ediciones B, S.A., 2014
Traducción, Laura Paredes
1ª Edición, febrero 2014
ISBN: 9788466654302
Tapa blanda
GÉNERO principal: Novela
Etiquetas- tags: Novela histórica,
novela de ficción, contiendas en el siglo XIX, Primera Guerra en África, batalla
en Tánger, ejércitos catalanes siglo XIX, Voluntarios de Cataluña, literatura
española
415 Páginas
Argumento:
El joven Gort llega en el año
1851 desde Reus a Barcelona, cuenta con catorce años y una mente abierta que se
impregnará con su particular y apenas experimentada visión del mundo, con las
novedades que encuentra al llegar a una ciudad en plena expansión, que crece y
se extiende más allá de las murallas.
Su progenitor -que no levanta
cabeza desde el fallecimiento de su esposa- es asesinado la noche de San Juan, una
fecha en que la que paradójicamente parece que el carácter novedoso y festivo
de dicha celebración consigue al fin –de modo infructuoso- acercar y
reconciliar los caracteres de padre e hijo.
El joven crecerá con la imagen de
los vigilantes de policía que han matado a Ramón Gort grabada en su mente, una
escena que le perseguirá a través de los años, mientras prepara el modo de
vengarse.
Opinión:
Si es cierta la máxima de que la
venganza, si se sirve en plato frio, sabe mejor, la que nos ocupa en esta obra
es manjar suculento.
Diez años transcurren en esta
historia que termina convirtiéndose en un pequeño diario de campo sobre las batallas
y contiendas que trascurrieron en los enfrentamientos con el continente
africano de aquella época.
Las vidas de los personajes no
dejan de cruzarse desde que el autor nos los acerca en el año 1851 con la
llegada a la ciudad de Joan Gort y
su padre Ramón -mano derecha de un
comerciante-, cuyo empeño porque su hijo le siga sus pasos se trunca desde el
primer momento. El asesinato aparece así
como punto de salida de la obra, y apenas transcurren unas páginas desde el
comienzo hasta que se produce el suceso.
Como consecuencia, el lector centra la atención desde ese momento a la
espera de sucesos inesperados como aquel, que bien es cierto no hay demasiados,
y sí sin embargo una continuidad narrativa que no desvía la atención de nuestro interés acerca de lo
que acontece alrededor de los matones y la venganza prometida.
Parece que cuanto más nos
acercamos a la novela histórica más comprendemos que no ha existido un periodo
que haya transcurrido en paz, de ahí que las narraciones que terminan en el
campo de batalla o haciendo alusión a temas bélicos sean lo habitual, y
cualquier obra que las eluda por mero edulcorante de realidad no hará otra cosa
que evitar esa misma existencia.
Un oficial retirado -y aburrido
con su monótona vida conyugal- es capaz de montar un ejército en pocas semanas
o meses, gracias a sus contactos, y los voluntarios aumentan de manera
considerable el número de los componentes del ejército. En su mayoría son campesinos, pero también
van a parar a él algunos excarcelados, una mezcla explosiva, más si recordamos
que en el fondo de esta novela subyacen las venganzas dormidas, a la espera de
una oportunidad final que de rienda suelta al malestar de ese sentimiento que
los años no han aplacado.
Los paisajes de la novela los
encontramos en África y en España,
concretamente en Barcelona, Tánger, Reus, y asimismo encontramos otros puntos
que nos conectan con la historia real en nombres propios de personajes
verdaderos.
Si en Europa por aquella época se
hablaba del opio del pueblo, en África
proliferan las pipas y los cigarros de la
risa, bien conocidos para los
aborígenes, y cuyos efectos revierten a los soldados que prueban y aspiran el
hachís en busca de la experiencia agradable que les produce, excusa perfecta
para que el narrador utilice estas anécdotas y les de una vuelta pasándolas por
el tamiz del humor, para mostrar la parte divertida de lo que desde la
distancia y el conocimiento actual no representa más que una droga que durante
tantos años ha dado lugar a interminables debates, sobre todo en lo que respecta
a su legalización.
Otro recurso de este tipo de
novelas que refuerzan sin duda el ambiente viene dado por los aromas y olores,
algo que el autor no ha olvidado y que se agradece por tanto que nos acerque al
hedor, a los excesos de los olores corporales como a los efluvios producidos
por la falta de alcantarillado. Lo demás
no sería sino una fantasía, que como ocurre con la falsa imagen romántica de
una historia sin guerras dejaría al lector con la triste sensación de no haber
estado allí.
Saray Schaetzler, para Anika entre libros
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