Sinopsis
En un lapso de apenas seis semanas, aparecen en Santa Teresa los cadáveres de
dos hombres. Al primero, un investigador privado de dudosa reputación llamado
Pete Wolinsky, lo han matado a tiros en lo que parece un atraco de trágico
final. Al segundo, un sintecho que ha muerto por causas naturales, lo encuentran
en la playa sin ningún documento que acredite su identidad; sólo llevaba consigo
un papelito con el nombre y el número de teléfono de la detective privada Kinsey
Millhone, a quien piden desde la comisaría que se acerque a la morgue para
intentar identificarlo. Sin embargo, a medida que la investigadora va
adentrándose en el misterio del muerto sin nombre, afloran algunas conexiones
sumamente extrañas entre las dos muertes. Las aguas parecen calmas en la
superficie de esta investigación, pero las profundidades ocultan traiciones,
malentendidos y fraudes de fatales consecuencias. Kinsey, muy a su pesar, se
verá envuelta en una situación comprometida.
(Argumento editorial)
Aunque en esta ocasión no he tenido la oportunidad de leer la obra en su V.O.(tras los años he comprobado que Kinsey Millhone pierde mucho en su doblaje al castellano, dependiendo de la editorial), debo confesar que es la primera vez que en general no me ha decepcionado su puesta en escena en este idioma.
La trama ha supuesto un giro en lo que respecta al menor protagonismo de Henry, su vecino octogenario con el que tanto disfruto, supongo que con vista a no quemar al personaje, que edad ya no tiene para según que trotes.
Así, creo que es su obra de la serie más extensa, y sin embargo, se lee de un tirón, en eso no cambia Sue Grafton (SG) con los años.
Se mezclan asuntos financieros, intrigas farmacéuticas y, oh, sí! la protagonista se da de bruces con los tres hombres que ha lidiado amorosamente estos últimos años, mostrándonos su aspecto más vulnerable (parece que aquí la señora es algo menos rocosa de lo que suele acostumbrar).
También para variar, la bancarrota parece que ha hecho las maletas y ha abandonado su vida, al menos de momento, para disfrutar de una situación económica más que holgada, convirtiéndose en heredera de un montón de dinero, y no sigo, porque destriparía la obra.
De nuevo, enamorada de esta serie. Que está llegando al límite del abecedario, y creo no ser la única en plantearme qué desenlace decidirá S.G.
Nos quedan tres años para resolver el enigma.
M.A.G.
12 de octubre de 2015
11 de octubre de 2015
CINE - UN DÍA PERFECTO (2015)
Reparto de lujo, que esto siempre cuenta; y mi debilidad personal, una banda sonora que entra en escena en el segundo justo y se va dejando una impronta que asocia imagen y sentimiento.
La trama es en esta ocasión un juego entre la realidad de los pueblos invadidos por cascos azules y sus teorías y burocracias, junto a idealistas y personajes en tierra de nadie sin más objetivo que el presente, sin grandes esperanzas en cambiar el mundo, pero sí imponiendo su punto de vista más crítico con el sistema de penalización moral que abunda donde se mezclan las fronteras.
Para repetir, me desdigo de lo que afirmé al principio.
Año: 2015
Director: Fernando León de Aranoa
Actores: Tim Robbins, Benicio del Toro, Olga Kurylenko, Mélanie Thierry, Fedja Stukan, Eldar Residovic, Sergi López
Más info: http://www.filmaffinity.com/es/film577820.HTML
M.A.G.
7 de octubre de 2015
CINE - PHOENIX
3 de octubre de 2015
Galletas y fútbol
No creo en nadie que rinda más culto a un partido de
fútbol que a una buena caminata en las horas del atardecer. Los cúmulos de gente, el gentío, sin más, me
aburren infinitamente, ya sea una fiesta popular o un desfile de carnaval; me recuerda a las fiestas de guardar y tiene
algún punto en común con aquel etílico sabor a trajes de domingo y pastas
exclusivas para los invitados, de los que por suerte, poco disfruté en mi
tierna infancia, ya fuera porque mi cabeza no entendiera de poses a una edad
temprana, o por estar inmersa en asuntos menos mundanales.
Las galletas de los invitados
desaparecían con más misterio que las oraciones del crucifijo, y los trajes de
domingo los paseaba entre zarzas y caminos de piedra que se desplegaban sólo
para mi en el pueblo de mi infancia, a modo de alfombra roja por la que me
deslizaba, no siempre con todo el decoro que se presuponía, he de reconocer que
adolecía de aquella ternura y cursilismo que estaba de moda entre algunas de
mis compañeras de colegio; dicen que a esas edades ya se intuye por qué bando
saldrá a relucir nuestra personalidad, y la mia, aunque con el tiempo he tratado
de dominarla una y otra vez, ya entonces sobresalía por inconformismo y rebeldía.
Aquella pastas de las que hablaba,
como todo lo que se queda viejo, caducan en la despensa igual que lo hacen los
recuerdos de esos homenajes a los que hemos acudido en tantas ocasiones,
más por bien quedar que por convicción, que en este pais mola eso de ser
conocido de tal o cual, o parece que le da a uno cierto prestigio social,
aunque tan siquiera se ose conocer a pariente cercano alguno del susodicho ni
haya disfrutado de una charla distendida con mencionado personaje en toda su
vida; las galletitas se quedan a buen recaudo de los recuerdos perdidos en el
limbo de las obligaciones asumidas, y si acaso recordamos al monstruo que se
las comía atrincherado tras la pantalla, y que han sido estas últimas con seguridad las mejor
aprovechadas.
Los domingos desempolvan algunos,
bastantes, muchos, calculo que demasiados para mi juicio insano -pertenezco a minorías de pensamiento, acto y evolución castrista, cosa
que me encanta por lo mismo que comenté al principio sobre mi alergia al
aborregamiento-, desapolillan, como decía, esperpénticas indumentarias de
bufandas, gorritos y poliéster del más fino en sus camisetas que gritan
pertenezco al gueto; no pienso, mi crítica la decido de modo consensuado tras
cada atropello televisivo o del campo de juego, y dependiendo del humor incluso me cago en un
partido político, en un documental de la pantalla o en la medida del tubo de
escape del automóvil de mi vecino.
Y para merendar galletitas maría,
que las de la caja azul están reservadas para los invitados.
M.A.G. (Pensamientos cuadrados, 2015)
1 de octubre de 2015
RESEÑA - COMO UNA DAMA, de Ingrid Noll
Como una dama, de Ingrid Noll |
Ingrid
Noll (Shangai, 1935)
Diogenes Verlag, 2006
Editorial
Circe, 2007
Tags:
Novela Negra, humor, intriga, mujer, mujer madura, ancianas, amoralidad, asesinas,
familia, madurez, literatura alemana
270
Páginas
Sinopsis
A los setenta años parece que a una mujer le queda poco por
hacer: cuidar sus plantas, atender a los nietos –si es que sus hijos se los
llevan – y ver pasar los días recordando el pasado. Pero el tópico de la
abuelita apacible no sirve para Lore y Anneliese. Amigas desde la infancia,
después de una vida que les concedió alegrías
y contrariedades, ahora que están solas han decidido irse a vivir juntas. La
narradora, Lore es elegante, con un punto exquisito y también, algo cerrada.
Anneliese, por el contrario, es vital, decidida y expansiva. Amante de la buena
mesa, es también una excelente cocinera y le gusta preparar deliciosas salsas
con las hierbas que cultiva en su jardín..., que no siempre resultan buenas
para la salud.
(c) Casa del libro
Opinión
Muy recomendable para olvidarnos de prejuicios y dar
protagonismo a mujeres de cierta edad en ambos lados del panorama
literario, ya sea cubriendo el papel como autoras ya sea dando visibilidad
a protagonistas ancianas, contestatarias que no muestran un ápice de
culpabilidad ante su propia maldad.
Risas aseguradas con
el humor irónico de esta autora en lengua alemana y larga trayectoria como
escritora de novelas de género negro.
Ver más sobre la autora Ingrid Noll
M.A.G.
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