En media hora…la muerte
(En media hora…la
muerte, 2014)
Francisco Martín Casado
Editorial Planeta
de libros
Colección Autores
Españoles e Iberoamericanos
© Francisco Martín
Casado, 2014
© Editorial
Planeta, S.A., 2014
1ª Edición: Septiembre
2014
Género: Novela, testimonios, sagas familiares, historias reales,
nazismo, campos de exterminio, Hitler, guerra y posguerra, secretos de familia,
supervivencia, judíos, exilio, literatura mejicana
Tapa dura
ISBN: 9788408131502
608 Páginas
ARGUMENTO
Reescribir
la propia historia, como él mismo afirma, no es lo mismo si uno lo hace con
quince, que con sesenta años. Así y
todo, la sorpresa que le espera al conocer su procedencia judía no le dejará
indiferente, y en ello se basa para escribir un relato en el que hacerse eco de
la vida de varias personas que pertenecen a su núcleo familiar más cercano y
narrar en primera persona lo que le han contado.
Pasada la
sesentena, con una carrera y una vida más bien resuelta a sus espaldas, el
autor de esta obra se enfrenta a la verdad de su historia: ni sus orígenes son
los que él cree ni su familia ha sido la que él conoce hasta ese momento.
Así, como
en las viejas tradiciones, la leyenda oral da paso al manuscrito, un testimonio
por el que se fija una vez más una historia de otras tantas miles que sin duda
existen en torno a la época del nazismo, de los campos de exterminio y las
pérdidas de libertades. Para que no se
olvide.
OPINIÓN
No hay
muchas ocasiones para conocer historias como la que se nos relata en esta obra,
o tener la suerte de hacerlo a manos de un profesional que sea además protagonista de la misma,
dotando a la obra con más verosimilitud y haciéndola más cercana y atrayente
gracias a este narrador vivencial en primera persona.
La obra
llama a tocar la fibra sensible que todo
buen lector posee, en parte debido a la postura valiente y en parte al
compromiso adquirido por su autor, pues a pesar de que han pasado muchos años
desde que transcurrieron los hechos que en ella se narran, hay una historia
detrás de lo que se cuenta con personas de carne y hueso, y solo por hacerlo
público ya debería considerarse una heroicidad, pues muchos son los que han
tratado de hacer todo lo contrario, ocultar este tipo de vivencias o al menos,
no darles la debida importancia.
Son hechos
que han marcado y seguirán haciéndolo sin remedio a miles de individuos,
generación tras generación. La Segunda
Guerra Mundial sigue dando para llenar folios y aulas en donde se dan a
conocer, entre otros, las atrocidades de las que fueron víctimas millones de
personas, pocas de las cuales sobreviven a día de hoy para hacerse eco de las
mismas; de ahí que la oralidad y el testimonio directo sean esenciales.
El autor
relata cómo, pocas semanas antes de fallecer, su tío le hace una terrible confesión
sobre el pasado de su familia. La novela
está ambientada en los años de la guerra, en la posguerra, en los campos de
exterminio y en ese sentimiento de soledad que se experimenta ante los secretos
que viven ocultos durante muchos años.
Con un nivel
literario envidiable, el protagonista ya forma parte sin duda de ese círculo de
narradores que deja constancia, una vez más, de la importancia dada por la
palabra escrita; una transmisión que tenemos la obligación de mantener, ya sea
mediante aquella ya sea mediante la oralidad, y para hacerse eco de esta
herencia histórica tanto nos vale el testimonio de sus testigos directos como
el de los descendientes de aquella generación.
Somos conocedores de cómo el paso del tiempo alimenta el olvido y tiende a formar una neblina sobre la
realidad. Importa que mantengamos
despierto el fuego y que no cerremos los ojos frente a esos genes que conforman
la memoria; somos los que somos, porque tenemos un pasado, nos guste éste más o
menos.
Y para no
repetir lo sucedido, dicen unos, o para concienciar a la humanidad, insisten
otros, es sano seguir narrando y mantener esa parte de nuestra trayectoria más
viva que nunca, y así como hoy brilla aquel mármol blanco que se utilizaba para
dar grandeza a un edificio o monumento, seamos capaces de seguir percibiendo el
eco de fondo de nuestras huellas, a medida que pasa el tiempo, siempre visible
a los ojos del alma.
por Saray
Schaetzler para Anika entre libros