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2 de febrero de 2017

RESEÑA: LA BARBARIE, de Alberto Vázquez-Figueroa (2016)

La barbarie
(La barbarie, 2016)
Alberto Vázquez-Figueroa
Ediciones B
Colección La Trama
© Alberto Vázquez-Figueroa, 2016
© Ediciones B, S.A., 2016
1ª Edición: Marzo 2016
ISBN: 9788466658393
Tapa dura (fajin esmeralda)
Novela, ficción, relato, terrorismo, yihadismo, exilio, emigración, literatura española, corporaciones internacionales, sionismo, Theodor Kerzl, gobiernos mundiales, Edmund Rothschild, sordidez política, Medio Ambiente, Comunidad Europea, tráfico de armas, terrorismo humano, farmacéuticas, supervivencia, tabacaleras, transmisión enfermedades, contagio enfermedades, élites internacionales, industria del cine, películas, festival Cannes, tabaquismo, colillas, filtros cigarrillos, lujo, corrupción, hambre, lepra, avaricia,  medicamentos, drones, naves teledirigidas.
Páginas: 370

La Meca, Yedda.  El horror provoca que los miles de peregrinos religiosos que acuden a ella salgan corriendo en estampida, alertados por una música de trompetas que proviene de algún lugar desconocido, un enemigo a que nadie consigue ver.
Etiopía.  Un grupo de refugiados, conducidos por una maestra y varios niños, huye de los yihadistas, a lo largo de 2000km, sin más esperanza que la de la propia supervivencia.
Ya hace dos siglos, un judio llamado Theodor Herzl fundó el Sionismo Moderno, mediante el que trató de crear un hogar común alternativo hasta que el Estado de Israel fuera una realidad.  Samuel, un rabino de 83 años, cree que África es la solución, y para ello solo será necesario devolverle el esplendor de otra época a sus tierras.
Esta obra es la antepuerta para destapar –de nuevo- uno de los mayores escándalos económicos de los últimos años en este pais, en donde se vieron implicados partidos políticos, ministros, Administraciones Públicas, todos a una, la corrupción y los intereses personales no tienen barreras.

A nivel literario, el autor se repite con aquellos personajes que ya nos dejaron un buen recuerdo en su obra anterior, “Crimen contra la humanidad”, como la peculiar Sandra Castelmare, extremada y excéntrica en su comportamiento y cínica actriz, apodada “La Divina”. 
Si bien es cierto que en esta ocasión he encontrado a los personajes sobreactuados por momentos, haciendo perder la credibilidad, o mostrando una artificialidad que me ha hecho ralentizar la lectura, no me  ha defraudado en absoluto la historia de fondo, que el narrador condensa en las actuaciones por separado de varios grupos de personas que parecen estar conectadas por un gen común: la pendenciera general del poder en la sociedad.
Por un lado tenemos a un grupo de refugiados que huyen del hambruna, y que se ven obligados a recorrer miles de kilómetros, pasando por calamidades indescriptibles y sin esperanza de ser recibidos en otras comunidades o paises, tratados como apestados o pendencieros, siendo rechazados una vez tras otra por otros humanos.
Por otro lado, aparecen millonarios como Suleiman Ibn Silvy, descendiente de generaciones enriquecidas por medio del tráfico de armas, sobrino de especuladores y emparentado a su vez con Bin Laden.  El magnate sostiene una particular idea para combatir el yihadismo, que es crear un fondo antiterrorista con el dinero procedente de la extorsión de los árabes más ricos y poderosos, como responsables de financiar a aquellos violentos.
A su vez, Roman Askildsen planea comprar terrenos para los miles de refugiados que son rechazados cada día.  Si los paises impiden que se establezcan en sus territorios por compasión y humanidad, ¿lo harán si venden terrenos considerados ahora infértiles por los que conseguirán interesantes ingresos?  Tras reconocerse como autor del escándalo en la Meca, provocando la música de trompetas que está volviendo locos a los fervorosos musulmanes se une a idealistas como Mark Reynols, heredero de un imperio armamentístico que utiliza este poder a favor de los desprotegidos, planificando la venta de las Jonas, naves teledirigidas, para cumplir su deseo de ayudar a aquellos emigrantes que vagan sin destino o son rechazados por sistema.
Quizá estemos combatiendo el yihadismo, la hambruna y la constante riada de personas que huyen de sus paises a causa de guerras con las herramientas equivocadas, y así nos lo plantea el autor en esta obra con remembranzas de su anterior novela.  Siguiendo la teoría de aquel periodista judio, y aplicando los conocimientos de terrenos viables y producción de agua en nuestro pais, esta narración da forma a la situación que el autor experimentó durante varios años, tras presentar a las autoridades un proyecto para desalar agua de mar, viable y patentado, por el que se interesó la compañía Tragsa.
Tras acuerdos con la dirección de la compañía, respaldados por personajes de la política y banca internacional, después de nueve años de estudios, gastos y energía centrada en este objetivo, su obra se fue al traste tras la mala gestión y falta de escrúpulos, entre otros, de la ministra de Medio Ambiente de aquel entonces, que decidió gastar los millones de euros obtenidos de la Comunidad Europea en falacias que no se sustentan en la precaria utilidad que nos ofrecen a día de hoy.
Diálogos hilarantes, llenos de verdades y a momentos un trasfondo de extenuación vital.  Solidaridad, idealismo y trabajo en equipo.
Solo porque me gustan más las personas idealistas que las que aparentan un buenismo socialmente aceptado, y más aún admiro a las que además luchan por esos ideales, sin ampararse en meras conferencias y charlas sin contenido, que ven y provocan más que la mayoría de bienintencionados, recomiendo esta obra, porque transmite realidad sin tapujos, experiencia y talante, mucho talante, indispensable para soportarnos cada día en este complicado entresijo de política, corrupción y violencia desmedida.
M.A.G.

20 de enero de 2017

RESEÑA - SULTANA ROJA, de Alberto Vázquez Figueroa (1997)

Sultana Roja
(Sultana Roja, 2016)
B de Bolsillo
Primera Edición: Julio 2016
© Albero Vázquez-Figueroa, 1997
© Ediciones B, S.A., 2016-12-06
9788490702703
Terrorismo, grupos armados, atentados, mujeres terroristas, violencia, bombas, asesinatos, ETA, grupos paramilitares, justicia, soledad, venganza, amor, odio, relaciones filiales, huidas, familia, amistades, desconfianza, amantes, sangre fría, víctimas.


Cuando comencé “Sultana Roja” lo hice con ciertos prejuicios, dando por hecho que se trataba de una novela en la que me encontraría otra historia más sobre mujeres que viven encerradas bajo los velos impuestos en algún pais musulmán.  Nada más lejos de la realidad, esta obra trata de mostrar cómo un deseo de venganza forjado en la adolescencia puede trazar el destino de una persona, en este caso nuestra protagonista es más española que las olivas, y las vueltas que da la vida por un lado, más aquel dicho de estar en el sitio adecuado en el momento adecuado, la convierten en la reina del delito, sumando tantos asesinatos a sus espaldas como otros lo hacen con los cursos de reciclaje.  Una terrorista establecida a nivel nacional, ni más ni menos. 
Si bien el fuerte de la novela es exponer de un modo cuidadoso la concatenación de sucesos y la relación entre causa efecto que sucede en la vida que la protagonista relata sobre sí misma, confieso que no me ha causado otra emoción más allá de una lectura llana con algún que otro pasaje de esos que gustan, a los que el autor nos tiene acostumbrados.
Hay que revelar que esta historia se publicó a finales de los años noventa, con lo que las nuevas tecnologías y todo lo que hoy en día conocemos como adelantos en el campo de las comunicaciones estaban aún en fase de desarrollo, y así cualquier lector que se precie deberá poner el marcador temporal en su contexto para disfrutarlo en toda su esencia.
Por mucho que lleguemos a odiar el terrorismo y la venganza, pasa como con esas películas que traman la vida del asesino desde su tierna infancia, al que paradójicamente uno puede terminar entendiendo, incluso queriendo, como a nuestra protagonista, que muestra poseer sentimientos, a pesar de todo, y terminamos poniéndonos casi de su lado, el absurdo cotidiano.
M.A.G.